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Han pasado más de seis años desde que Damon Motorcycles prometiese una superdeportiva eléctrica que cambiaría el mundo. Y aún no ha fabricado ni una sola unidad. Ni una. Ahora, sin motos que mostrar, la empresa canadiense ha decidido que en realidad no es una marca de motos, sino una compañía tecnológica. Su nueva apuesta se llama Damon I/O, y como viene siendo costumbre en este tipo de giros de volante desesperados, la idea no va de fabricar nada tangible: va de recolectar datos y venderlos. Más o menos.
Según ellos, Damon I/O es una “infraestructura digital de movilidad” que permitirá “a cualquier marca convertirse en una empresa orientada a los datos”. Traducción: quieren instalar este sistema en motos de reparto, scooters eléctricos o lo que se deje, para recolectar información de uso en tiempo real, hacer diagnósticos remotos, lanzar actualizaciones por el aire y generar ingresos recurrentes.
En su comunicado, Damon pone el foco en el mercado del “last mile delivery”, que cifra en más de 100.000 millones de dólares a nivel global. La promesa es ambiciosa: integrar esta tecnología en flotas para mejorar la seguridad, optimizar el mantenimiento de los vehículos, gestionar rutas y, de paso, abrir la puerta a nuevas fuentes de ingresos por software y análisis de datos. Pero también era ambiciosa la moto que nunca llegó.
Lo más surrealista del asunto es que Damon asegura que con su tecnología, un repartidor podría “pivotar” de llevar pizzas a salvar vidas, transportando sangre o material médico urgente.
El CEO actual, Dominique Kwong (que ya se había ido y ahora ha vuelto), dice que “cada trayecto se convierte en datos accionables”, y que Damon I/O servirá para que los fabricantes se pongan al nivel de los coches conectados más avanzados del mundo. También asegura que este cambio no afectará al desarrollo de sus motos eléctricas. Es decir, que la Damon sigue en desarrollo a pesar de todo. Por cierto, hay clientes que siguen esperando desde que hicieron la reserva en 2019.
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Mientras tanto, la Hypersport (aquella superbike de 200 CV y 320 km/h que iba a cambiarlo todo) sigue sin aparecer. Damon insiste en que el proyecto sigue en desarrollo. Así que la historia es esta: una empresa que no ha cumplido ni una de sus promesas ahora quiere vender humo en forma de software, con la esperanza de que alguien pique. Y si pueden sacar tajada de tus datos por el camino, mejor.