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Joan Mir ha roto su larga travesía por el desierto con Honda, y en qué lugar; no podría haberlo hecho en otro circuito mejor que en Motegi, casa de Honda. El campeón del mundo de 2020 logró este domingo en Motegi un tercer puesto que sabe a victoria para él y para la marca del ala dorada, en su propio circuito y después de más de dos años sin subir a un cajón en MotoGP. Aunque todo ha quedado un poco eclipsado por el mundial del 93.
El mallorquín, que en la sprint apenas pudo ser cuarto, mostró un paso adelante contundente en la carrera larga. Tras una salida discreta que le dejó quinto, Mir se quitó de encima rápido a la Yamaha de Fabio Quartararo, algo que su compañero Luca Marini no pudo hacer en todo el fin de semana. A partir de ahí se enganchó al grupo de cabeza junto a Marc Márquez y Pecco Bagnaia, llegando a rodar como uno de los más rápidos en pista. El adelantamiento sobre Pedro Acosta le abrió la puerta definitiva al podio.
Mir, emocionado tras la bandera a cuadros, no ocultó la dureza del camino: "Ha sido un periodo increíblemente difícil y largo, y no esperaba que me llevara tanto tiempo volver a conseguir un buen resultado. Me cambié a Honda en un momento complicado, pero nunca nos rendimos". El balear reconoció además que su tercera plaza en Motegi tiene un valor especial: "Hoy disfruté cada vuelta. Es fantástico haber llegado hasta aquí, porque esta carrera también es muy importante para Honda".
El resultado confirma el trabajo de fondo en HRC. El propio Mir insistió en que no fue un golpe de suerte: "El potencial de la moto no me sorprendió. Ya era muy buena antes en Brno y en Misano, pero no pude aprovecharla por la lesión. Hay muchos factores que tienen que confluir; la suerte también influye, pero ya estábamos en el buen camino desde el inicio de la temporada".
El domingo dejó luces y sombras en el box japonés. Johann Zarco firmó una sólida novena posición con la Honda satélite, y Somkiat Chantra rescató un punto con el 15º puesto. En el lado negativo, Marini tuvo que abandonar y Taka Nakagami se fue al suelo ante su afición.
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El podio de Mir, sin embargo, eclipsa todo lo demás. Para Honda supone un golpe de moral en plena reconstrucción frente al dominio aplastante de Ducati, y para el balear es el reencuentro con sensaciones que parecían olvidadas. Dos años y medio después, el número 36 vuelve a sonreír desde lo más alto del box. Hasta Marc Márquez en su rueda de prensa se dirigió directamente a ellos para dar las "gracias" a Joan Mir por haber traído a "Honda hasta el podio y cerrar el círculo", porque para él, era su casa.