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Parece difícil que Marc Márquez se gane algún día el cariño del público italiano, o al menos de esa inmensa mayoría que procesa su admiración por Valentino Rossi como si fuera una religión. El pasado Gran Premio de San Marino demostró que Marc, lejos de estar en paz con los tiffosi, sigue siendo uno de los pilotos menos querido por el país de la bota, y hasta que 'Vale' y Marc no sellen las paces en público, la historia no acabará.
La caída que el #93 sufrió el sábado en Misano y la posterior explosión de júbilo de una parte de las tribunas del Circuito de Misano solo es un capítulo más en la historia de desamor entre Marc Márquez y el público italiano. Ni siquiera fichar por Ducati y protagonizar una temporada de auténtico ensueño para los de Borgo Panigale sirven para acallar a unos fans que no olvidan lo ocurrido en 2015 entre los dos astros del motociclismo.
Cada visita de Márquez a Italia, ya sea Mugello o Misano, es un pequeño calvario para el catalán; sus paseos por el paddock se convierten en insultos, malas miradas y algún que otro pito furtivo. Y eso lo sabe bien una persona que pasó mucho tiempo al lado del #93, Óscar Haro, quien hasta hace poco fue el director deportivo del LCR Honda.
En su última participación en el Revival de Nico Abad, Haro recuerda cómo eran las visitas de Marc a Misano cuando todavía competía con Honda: "Yo eso lo he vivido con Marc. En el paddock de Misano, cuando pasas con el scooter entre la gente, le ponen a parir. Eso le quemó a Marc. La gente por el paddock diciéndole 'Marc vaffanculo'... eso sí le quemó, porque es una presión que tiene desde que sale de su motorhome, hasta que llegas al box, y la gente le da mucha caña".
Haro cuenta que "Tavullia está al lado de Misano", una distancia que irremediablemente convierte el Gran Premio de San Marino en la cita de casa para todos los fans del 46, y son pocos los aficionados Rossistas que tragan a Marc: "Casi toda la gente que va al circuito son antiguos fans de Valentino. Siempre ha pasado que haya pique entre países y pilotos. Lo que no tiene sentido es que vayamos arrastrando diez años la historia de Valentino, es algo que no tiene mucho sentido".

Óscar Haro destaca que Márquez "nunca ha entrado en esa guerra, nunca ha dicho nada", y siempre se ha limitado a responder a las críticas donde mejor sabe hacerlo, en la pista. Incluso en el pasado, cuando la tensión entre el #46 y el #93 fue máxima, el de Cervera siempre se mostró calmado: "Le han pitado, insultado, fueron unos tíos desde Italia a su casa y le pusieron allí un cadáver en la puerta, él y su familia han estado amenazados de muerte... Pero él nunca entró en ese juego. Pero lo que sí presiona mucho es ir por el paddock y que la gente te insulte", señala el exdirector deportivo del LCR Honda.
En ese mismo programa conducido por Nico Abad, Álvaro Bautista también recuerda su última visita a la World Ducati Week, el evento bianual que el fabricante boloñés organiza en Misano y al que acuden decenas de miles de ducatista de todo el mundo.
En su última edición, la de 2024, Bautista cuenta que ya se dio cuenta de que incluso algunos aficionados de Ducati tampoco aceptaban la llegada de Marc Márquez a su fábrica: "Estuvimos juntos en la fiesta que Ducati hace cada dos años, el World Ducati Week. Era el primer año de Marc, estaban todos los pilotos Ducati, y Marc corría para Gresini. Y la verdad es que mucha gente le dio caña".
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Bautista tiene claro que todo viene del mítico accidente con Valentino, un piloto que en Italia, explica Álvaro, "es un Dios, y todo el que sea su rival, le van a machacar. No por ser Marc, sino porque fue el rival de Valentino", aclara el bicampeón de Superbikes.

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