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Pecco Bagnaia cerró el test del lunes celebrado en Misano en la octava posición, cediendo casi seis décimas respecto al crono marcado por Pedro Acosta, el más rápido del día. El piloto de Turín afrontó esta jornada de entrenos con la firme intención de encontrar algo que le ayude en la próxima cita de Motegi, sobre todo después de la caída que sufrió el domingo en carrera, en una de sus pistas favoritas.
Lejos de probar novedades, Pecco centró su jornada en jugar con las geometrías y el reparto de pesos de su GP25, e incluso se vieron fotos de su moto con la aerodinámica de la GP24, posiblemente haciendo experimentos para recuperar esa confianza que ha perdido en las últimas carreras.
"Hoy era importante aprovechar este día para centrarnos en lo que tenemos sin tener que probar nuevos componentes", resumió Bagnaia al término del test. "Hemos intentado mover algunos pesos y cambiar la configuración para entender la dirección. Debo decir que fui bastante competitivo, de hecho fui muy rápido en el ritmo, sobre todo con neumáticos usados, algo que últimamente no conseguía".
A pesar de que la jornada de test acabó con una caída sin importancia, Bagnaia salió más animado de Misano, con un camino más o menos marcado: "Esta pista me ayuda, a pesar de la caída al final. Estoy bastante seguro de que hemos avanzado en la dirección correcta, aunque no sé si conseguiremos llevarlo todo a Motegi".
Durante el lunes, Casey Stoner se paseó por algunos boxes del Circuito de Misano, dedicando gran parte de su tiempo al garaje de Pecco Bagnaia, donde estuvo charlando con el piloto turinés y también con su jefe técnico, Cristian Gabarrini, hombre de confianza de Casey en el pasado.
Cuando le preguntaron a Pecco por la presencia de Stoner, el italiano reveló que "si fuera posible, lo querría siempre conmigo, pero no lo es, y con razón. Cuando una persona puede aprovechar la opinión de alguien como Stoner, es fundamental. Nos llevamos bien, tenemos las mismas ideas y todo ha surgido de forma muy natural".

El bicampeón italiano recordó que Stoner "tiene una relación fantástica con Gabarrini y desde 2021 estamos en esta situación de echarme una mano. Es muy analítico en sus comentarios, a veces incluso demasiado", se ríe Bagnaia, que destaca el "ojo increíble" del australiano a la hora de buscar soluciones.
A Bagnaia también le preguntaron por las declaraciones que ofreció Gigi Dall'Igna el domingo en Misano, cuando el CEO de Ducati Corse dijo que su paciencia "se había acabado" a la hora de encontrar soluciones a los problemas de Pecco. El piloto de 28 años matizó las palabras de su jefe, argumentando que "siempre depende de la pregunta, porque, planteada de la forma adecuada, no tenía por qué ser crítica. A veces, vosotros, los periodistas, sois un poco cabrones".
Quitándole hierro al asunto, Bagnaia insistió en que "desde hace varias carreras, el ambiente en el box es siempre el mismo, trabajamos juntos y los chicos están tan preocupados como yo. Todos están tratando de darme lo que necesito y el equipo tampoco está contento con el momento, porque les gustaría ver a sus pilotos en primer y segundo lugar, mientras que yo he sufrido en los últimos Grandes Premios. Es normal que no haya alegría, pero estamos trabajando para conseguirlo".
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Por último, cuestionado por sus aspiraciones en Motegi dentro de dos semanas después de su mala racha de resultados, Pecco llega "calmado" y confiando en que el trabajo realizado en el test de Misano tenga su impacto en la cita japonesa: "El equipo está trabajando de manera increíble para ayudarme a recuperar la competitividad que me falta. Si logramos estar ahí, diré que volveremos a poder luchar por el podio. Si no, tendremos que seguir trabajando en la dirección correcta, como hoy".

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