 Redacción Quiénes somos |
El Circuito Mundial de Misano Marco Simoncelli fue el escenario elegido por Yamaha para presentar oficialmente su cambio de rumbo más drástico en la era moderna de MotoGP. La nueva YZR-M1 equipada con un motor V4 ya es una realidad, un prototipo con el que el fabricante japonés abandona su histórica configuración de cuatro cilindros en línea para adoptar la arquitectura que domina el campeonato.
Este lanzamiento marca el final de una era que comenzó en 2002 y que le reportó a la firma ocho títulos mundiales de pilotos. La decisión, forzada por la superioridad técnica de sus rivales europeos y japoneses, representa una reinvención total. La nueva M1 V4 será puesta a prueba en condiciones de carrera este mismo fin de semana en el Gran Premio de San Marino, con el probador Augusto Fernández a sus manos en calidad de wild-card.
En el centro de este ambicioso proyecto se encuentra una figura inesperada: el excampeón del mundo de 125cc y tres veces subcampeón de MotoGP, Andrea Dovizioso. Retirado de la competición, el italiano confesó que su implicación fue una sorpresa incluso para él. "Jamás habría pensado en volver a MotoGP en un proyecto tan grande y complicado", admitió Dovizioso. "Me había alejado y no pensaba regresar en ningún rol".
Según el piloto de Forlì, un test casual en Mugello le devolvió "esa chispa que solo MotoGP puede dar". Sin embargo, su decisión de unirse al equipo de pruebas se consolidó al ver la profunda reestructuración interna de Yamaha, liderada por el ingeniero Massimo 'Max' Bartolini, y, sobre todo, al confirmarse la apuesta por el motor V4. "Ahí me dije: 'caramba, ¡están apretando de verdad!'. Ver que iban a hacer un V4 para correr solo un año significa que están trabajando bien y que quieren volver", explicó.
Las primeras valoraciones técnicas de Dovizioso sobre el prototipo son contundentes. Tras probar la moto, afirmó que se siente "más normal en comparación con las MotoGP de hoy", a diferencia del carácter particular de la M1 de cuatro en línea. El veterano piloto destacó un punto concreto que le impresionó: "Me he encontrado especialmente en la fase de entrada a curva: frenar con esta moto es espectacular".
Para Dovizioso, aunque teóricamente se podrían haber solucionado los límites de la moto actual, el tiempo necesario para conseguirlo hacía inviable seguir apostando por el motor L4. "Dado que estamos en las carreras, donde nadie tiene tiempo, creo que esta es la elección correcta", sentenció, validando el cambio de filosofía de la marca.
Mientras Augusto Fernández se encargará del debut en carrera, los pilotos oficiales del equipo, Fabio Quartararo y Àlex Rins, continuarán el Gran Premio con la especificación actual cuatro en línea. No será hasta el test oficial post-carrera del lunes cuando ambos puedan volver a subirse al nuevo prototipo V4 para continuar con su evolución.
Leer también: Mil niños valencianos tienen comedor este curso gracias a Marc Márquez
A pesar de su papel crucial, Dovizioso ha descartado por completo la posibilidad de competir en una carrera como wild-card, afirmando que "no tendría sentido". En su lugar, ha elogiado a Fernández como "la persona adecuada" para el trabajo de desarrollo, describiéndolo como "un piloto técnico que siente lo que hace, algo muy raro de encontrar".
