Bruno Sánchez.jpg) Redactor |
Hay motos que, en mi humilde opinión, nacen con el cuerpo equivocado. Máquinas con un motor soberbio y un chasis de primera, pero a las que les falta "algo". La Triumph Street Triple 765 RS siempre ha sido una de ellas. Un corazón de Moto2, una parte ciclo que te permite diabluras y un carácter que enamora. Pero desnuda. Siempre nos hemos preguntado lo mismo en cada presentación: "¿Para cuándo una versión carenada, una Daytona 765?".
Parece que en Triumph no estaban por la labor, pero al otro lado del mundo, en Corea del Sur, unos cuantos locos maravillosos pensaban exactamente lo mismo que nosotros. Y en lugar de esperar, se han puesto manos a la obra. Lo que tenemos delante es el resultado de esa bendita impaciencia: una alianza entre el gigante de lubricantes Sunoco, los artesanos del carbono de Factory M Carbonworks y los compañeros de la revista Motorbikezine. Juntos han parido la moto que muchos llevamos años pidiendo a gritos.
Han cogido una Street Triple 765 RS de serie y le han esculpido un traje de guerra en fibra de carbono que quita el hipo. No es un carenado cualquiera. Para darle forma, y como en Hinckley no tienen (de momento) una MotoGP en la que inspirarse, los chicos de Factory M miraron al box de al lado, concretamente al de KTM, y tomaron prestadas las ideas aerodinámicas de su RC16. El resultado es brutal, con una estética afilada y funcional.
Y no se han quedado en la superficie. Fijaos en el tren delantero: han integrado apéndices aerodinámicos junto a las pinzas de freno, y esto se traduce en mejor refrigeración y, lo más importante, más carga sobre la rueda delantera. Más aplomo para tirarse a los vértices con una fe que la versión de calle no podría ni soñar.
Por supuesto, el motor tricilíndrico necesitaba que le dieran un poco más de aire. La receta es la clásica, pero no por ello menos efectiva: un sistema de escape completo firmado por los italianos de Arrow y un filtro de aire BMC para que el motor respire con todo el pulmón que necesita. No han dado cifras de potencia, pero conociendo esa base, con 130 cv de serie, ya hablamos de una potencia más que interesante para disfrutar en pista.
La guinda del pastel es la decoración. Con los colores de guerra de Sunoco -que financia parte del proyecto-, el azul y amarillo, pero aplicados con inteligencia, dejando que la fibra de carbono vista la moto en su mayor parte.
Y que nadie piense que esto es solo una moto de colección. Esta máquina nació para correr, yu bautismo de fuego ha sido este mismo fin de semana. El piloto y periodista Yeonsoo Kim la ha puesto a prueba en el Campeonato Coreano de Superbikes, nada menos. Ahí es donde se ve si un proyecto como este es solo fachada o si tiene alma. Y por lo que parece, alma le sobra.
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