Acosta durante un evento previo al GP de Austria en el Red Bull Ring
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Pedro Acosta es un piloto "old school". Su carácter y forma de ser chocan de lleno con el clima que habitualmente se respira dentro del paddock de MotoGP, un soplo de aire fresco que tiene sus admiradores y también sus detractores entre el público, algo que parece importarle bien poco al bicampeón del mundo.
Afincado en su Mazarrón natal, lejos del frío y de los bajos impuestos de los que disfrutan los numerosos pilotos mundialistas que viven en Andorra, Pedro es un hombre fiel a sus principios, una persona que dice las cosas con una sinceridad brutal y al que poco le importa lo que puedan pensar de él.
Poco amigo de las redes sociales, Acosta prefiere pasar su tiempo libre haciendo lo que más le gusta, y no es otra cosa que montar en moto. Cuando no está compitiendo sobre su RC16, el de KTM exprime a fondo sus máquinas personales, sendas Yamaha R6 y R1, en circuitos como Motorland Aragón, Almería o el Aspar Circuit, rodeándose de amigos y compañeros de batallas como Tito Rabat, Remy Gardner o Carmelo Morales, su coach personal y amigo íntimo.
Además de la velocidad, Acosta también es un apasionado del off-road, modalidad que practica de forma habitual en alguno de los circuitos instalados en la periferia del Puerto de Mazarrón. Y es aquí, en la disciplina del off-road, donde Acosta tiene una predilección especial por las máquinas de dos tiempos, concretamente por la KTM 250 SX.
A pesar de que los motores de cuatro tiempos prácticamente han canibalizado el segmento del MX, la marca austriaca sigue ofreciendo en su catálogo una pequeña selección de máquinas de dos tiempos de motocross, con motores que van desde los 50 hasta los 250 cc. Son motos con un público cada vez más reducido, aquel que prefiere la explosividad de un motor dos tiempos a la mesura de un cuatro tiempos, motores que encajan a la perfección con el carácter de Pedro.
En su último entreno privado, el piloto español ha sido visto entrenando con su última adquisición, una KTM 250 SX de dos tiempos, 53 cv de potencia y unos ridículos 99 kilos de peso en seco que convierten a esta 'dos y medio' austriaca en un auténtico juguete en manos de Acosta.
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El murciano todavía dispone de algunos días libres antes de pensar en su próximo reto, el Gran Premio de Catalunya, cita a la que llegará en la quinta posición de la general después de haber cosechado en Hungría su segundo podio de la temporada, confirmando así una tendencia más que ascendente desde el parón estival.