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La Ducati Desmosedici GP19 que pilotó Andrea Dovizioso en el Mundial de MotoGP 2019 saldrá a subasta en las próximas semanas. No se trata de una réplica, ni de una moto laboratorio, sino de una auténtica máquina de fábrica con la que el italiano peleó directamente contra Marc Márquez en una de las temporadas más intensas de la última década. La moto está prácticamente en estado de estreno, con el aval oficial de Ducati Corsa y un certificado firmado por Paolo Ciabatti, director deportivo de la marca.
La GP19 en cuestión es mucho más que un objeto de colección: es una pieza de historia de MotoGP que aún mantiene todas sus especificaciones técnicas y está lista para arrancar. Su corazón es un motor V4 de 1.000 cc refrigerado por líquido, capaz de superar los 250 CV de potencia y los 350 km/h de velocidad punta. La caja de cambios seamless, el chasis de aluminio y un paquete de suspensiones Öhlins de especificación máxima completan un conjunto que en 2019 solo tuvo un rival real: la Honda RC213V de Márquez.
En el apartado de frenos, Ducati confió en los habituales discos de carbono Brembo de 340 mm mordidos por pinzas de cuatro pistones en el tren delantero, mientras que detrás se montó un disco de acero inoxidable acompañado de una pinza de dos pistones. A nivel de electrónica, el comprador recibirá la moto tal y como salió de los boxes del equipo oficial, con los sistemas originales de fábrica y un arranque operativo.
El lote conserva además la decoración de aquel año, cuando la escuadra de Borgo Panigale lucía el patrocinio de Mission Winnow, la marca vinculada a Phillip Morris que se convirtió en imagen de Ducati en la era post-tabaco. La moto fue adquirida directamente en la sede de Ducati Corsa en Bolonia y ha estado conservada en estado impecable desde entonces.
No hablamos de un simple recuerdo. La Desmosedici GP19 que se pone ahora en venta ganó dos Grandes Premios en manos de Dovizioso: el de Catar, en Losail, y el de Austria, en el Red Bull Ring, además de sumar múltiples podios que permitieron al piloto terminar como subcampeón del mundo. Es, por tanto, una máquina con palmarés, lo que eleva aún más su cotización y su atractivo para coleccionistas y apasionados.
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La casa de subastas estima que su precio final podría superar fácilmente los 800.000 euros, con un rango inicial entre las 500.000 y 700.000 libras esterlinas. No es una cifra al alcance de cualquiera, pero lo que se ofrece a cambio no se encuentra en ningún catálogo ni concesionario: tener en propiedad una MotoGP campeona, lista para rugir en el salón de casa o en una colección privada. Una oportunidad única de acercarse al sonido, la tecnología y la historia de una época en la que Andrea Dovizioso fue el único capaz de mirar de frente a Marc Márquez
