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"He perdido siempre con una moto roja, ahora la llevo yo"

Publicado el 14/08/2025 en Mundial de Motociclismo

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MotoGP vuelve a la acción tras el parón tras el parón estival, y lo hace en un escenario de vértigo: las montañas de Estiria. El Gran Premio de Austria da el pistoletazo de salida a un maratón de cuatro carreras en cinco semanas que definirá el arranque de la segunda mitad del curso 2025. 

En el centro de todos los focos, un piloto que ha convertido la temporada en un monólogo de superioridad, Marc Márquez, que llega al Red Bull Ring con una misión pendiente. El piloto del Ducati Lenovo Team ha redefinido el significado de la palabra dominio. Encadena cinco dobletes consecutivos, una racha histórica que le ha catapultado a un liderato de 120 puntos en la clasificación general. 

Sin embargo, el trazado austriaco se le resiste. Es el único circuito del calendario actual donde no ha conseguido subir a lo más alto del podio en la categoría reina. Una espina clavada que este año pretende arrancarse de raíz, y lo hace con una confianza irónica.

Durante años, vio cómo las potentes Ducati rojas le arrebataban la gloria en las largas rectas de Spielberg. Ahora, el destino le ha puesto en el otro lado de la ecuación. "He perdido siempre con una moto roja, ahora la llevo yo", comentaba entre risas el líder del mundial este jueves en Austria, consciente de la ventaja que supone pilotar la Desmosedici en este feudo. 

A pesar de la tentación de saldar esa cuenta pendiente, Márquez exhibe una madurez forjada en mil batallas. La ambición por la victoria está intacta, pero la calculadora echa humo en su cabeza. "Ojalá pueda luchar por esa victoria, lo intentaré, pero sin volverme loco. 120 puntos pesan más que una simple victoria, hay que gestionar esos puntos", asegura el de Cervera, dejando claro que el noveno título mundial es la prioridad absoluta sobre cualquier triunfo.

Esta nueva mentalidad es, quizás, su mayor fortaleza. Márquez ha aprendido a domar su propio instinto, ese que le empuja a arriesgar sin medida. "El objetivo es controlar las ganas y el orgullo", explica. Sabe que la temporada es larga y que la consistencia es clave para sentenciar el campeonato. "Siempre que sales a pista intentas ganar, pero habrá grandes premios en los que tocará entender que no se puede ganar, 20 o 16 puntos es mejor que un cero".

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Este estado de gracia no es casual. El #93 reconoce haber encontrado un equilibrio perfecto entre velocidad y gestión, una fórmula que le ha hecho prácticamente invencible antes del verano. "Lo que destacaría de estos últimos cinco grandes premios es que he sabido mantener muy bien la concentración, gestionar los timings, en Sprint y Carrera larga, saber cuándo empujar. Pero esto lo puedes hacer si tienes velocidad, hemos encontrado un puntito más que me da esta seguridad", analiza.

Con el campeonato encarrilado, Márquez se siente el único dueño de su destino. La confianza en sí mismo es total, y no duda en asumir la responsabilidad de la posición que ocupa, centrando toda la presión sobre sus propios hombros: "¿Rivales? Todos los pilotos de MotoGP son fuertes, me centraré en mí mismo. Este mundial solo se me puede escapar a mí".

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Ahora, con las baterías recargadas, su objetivo inmediato es claro y medido: "A ver si podemos empezar con buena inercia. Ojalá como lo dejamos, con una victoria, pero a ver si empezamos con buena inercia esta segunda parte de la temporada". Mientras, sus rivales, como su hermano Álex Márquez, segundo en la general, o su compañero Pecco Bagnaia, invicto en este circuito desde 2022, afilan sus armas para intentar detener a un titán que cabalga con paso firme hacia la historia.

Tags: motogp, marc marquez, austria, red bull ring.


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