En los últimos meses, el mundo del motociclismo ha vivido una crónica negra con varios pilotos que han perdido la vida en la pista. Uno de ellos ha sido el español Borja Gómez, que nos dejó el pasado mes de julio, después de un fuerte accidente en la jornada del jueves en el trazado de Magny Cours.
Ahora, uno de los pilotos que vivieron en primera persona, Filippo Fuligni, ha hablado largo y tendido sobre los sucedido en el circuito galo. En una entrevista concedida a “Yellow Flag Talks”, ha dado más detalles sobre lo que pasó en los minutos previos y posteriores al trágico accidente que le costó la vida al joven piloto español.
Según ha comentado el italiano, todo vino por un problema de otro piloto que tuvo una incidencia técnica, que dejó un reguero de líquido por la pista, lo que originó una serie de caídas: “Al salir de la curva 5, Alberto García, compañero de equipo de Borja Gómez, tuvo un problema técnico y perdió algo de agua, seguramente mezclada con otras sustancias, por lo que la pista estaba muy resbaladiza. Borja pasó y se cayó en la chicane Nurburgring, perdiendo la delantera al frenar y tuvo una caída que parecía normal”.
El problema llegó varios segundos más tarde, cuando otro piloto se cayó e invistió al Gómez, ocasionando el trágico desenlace: “No había banderas ni luces de advertencia en esa curva, solo había un comisario que no fue a ayudarle a mover la moto. Unos 22 segundos después, Joan Santos se cayó, el único error que cometió fue darle la espalda a la pista, no vio a Santos caerse”.
“Esto es gravísimo”, clamaba el veterano piloto italiano, que aseguraba que se pudo evitar lo sucedido en la pista gala: “Todo lo ocurrido era completamente evitable. Solo había un joven comisario y no hizo nada, ni bandera ni asistencia (...) Si se hubieran mostrado las banderas, cualquier piloto habría reducido la velocidad”
Fuligni, que fue el piloto que se quedó acompañando el cuerpo del piloto de San Juan, siempre recordará la imagen que vio y los minutos tensos que se vivieron hasta la llegada de la ambulancia para trasladar a Borja Gómez al centro médico.
“Me quedé paralizado durante unos segundos, era una visión desagradable”, rememoraba con frustración ante lo que iba a suceder instantes después ante la inacción de los comisarios: “Fui a buscar ayuda, pero no vi ninguna urgencia de personal ni ambulancia para ayudarle, así que me quité el casco y los guantes y volví con él. No podía moverlo, así que le bajé ligeramente la cremallera del mono. Tenía los ojos abiertos, pero sin vida. Intenté sentir si tenía pulso y si aún respiraba”.
En ese sentido, ha querido destacar que si hubo una mínima oportunidad de reanimarle, la lentitud por parte del equipo médico, la hizo desaparecer por completo: “Sentí algo vital, no sé si fue solo un reflejo o si aún podría ser reanimado. Si hubiera habido siquiera la más mínima posibilidad de reanimarlo, la demora en la asistencia la hizo desvanecerse”.
El piloto italiano, reconocía estremecido que cada día recuerda esos instantes tensos que vivió junto al cadáver de Gómez y las condiciones en las que se lo encontraron. Al parecer, en la ambulancia solo había un facultativo, algo que retrasó más las labores de extracción del cuerpo.
“Cuando le quitaron el casco, me di cuenta de que no quedaba nada por hacer, sangraba por los oídos, tenía fracturas visibles en el brazo, pierna y probablemente en el cuello. Intentaron reanimarlo, pero muy levemente”, recordaba Fuligni.
Si lo acontecido durante el accidente fue duro, peor fue lo que vivió la familia cuando llegaron al país vecino, algo que pone en cuestión la manera de proceder por parte del campeonato: “Lo que me comentó la familia de Borja fue realmente espantoso. Borja había viajado a Magny-cours con un amigo, mientras esperaba a su familia, su cuerpo permaneció en la cámara frigorífica de una floristería, porque el responsable no se encargó de buscar una morgue”.
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La pérdida de Borja Gómez fue una de las noticias que sacudieron el mundo del motociclismo en los últimos tiempos, y parece que seguirá haciéndolo hasta que se termine de conocer todos los detalles que provocaron su trágico final. La víctima fue el español, pero también ha dejado atrás un conjunto de personas afectadas, ya sea su familia o el propio Fuligni, que ha reconocido que sigue sin ser el mismo tras lo sucedido en Francia hace menos de un mes y que las pesadillas persisten.