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Un fin de semana que comenzó entre motores y el ruido de las críticas en redes sociales, terminó con un gesto que silenció a sus detractores. El piloto británico Storm Stacey ha transformado un premio de 1.250 libras esterlinas, ganado sobre el asfalto de Donington Park, en una contundente declaración de principios, destinando cada céntimo a apoyar a la nueva generación del motociclismo y a una causa personal y profunda: la salud mental.
El gesto del piloto del British Superbikes llega como una elegante pero firme respuesta a los "keyboard warriors" (guerreros del teclado) que cuestionaron su participación como invitado en la BMW F 900 R Cup este pasado fin de semana. Algunos aficionados le reprocharon en redes una supuesta falta de concentración en su temporada en el BSB, donde actualmente ocupa la novena posición con el equipo BMW Bathams Racing, sugiriendo que debería centrarse exclusivamente en mejorar sus resultados allí.
La controversia se generó en el marco de la ronda del Mundial de Superbikes en el icónico trazado de Donington Park. BMW Motorrad UK extendió una invitación a Stacey para competir en su copa monomarca, un evento que también contó con la presencia de otra estrella local, el campeón del BSB 2024, Kyle Ryde. La expectación era máxima por ver a dos pilotos de primer nivel medirse con las F 900 R.
Lejos de defraudar, Stacey demostró su habilidad sobre el asfalto. Aunque la victoria fue para un intratable Kyle Ryde, que cruzó la meta con una aplastante ventaja de siete segundos, Stacey protagonizó una intensa batalla por la segunda plaza. Finalmente, consiguió subir al segundo cajón del podio, superando por apenas dos décimas a Barry Burrell en una llegada de infarto. Un resultado deportivo notable que, sin embargo, quedó eclipsado por lo que sucedería después.
Fue tras la carrera cuando Stacey se dirigió a sus redes sociales para zanjar la polémica. En un mensaje cargado de significado, reveló el destino de su premio. Anunció que las primeras 500 libras serían para el piloto más joven de la parrilla, Kelvin Kelly, con la esperanza de que "le ayude a progresar". Un acto de mecenazgo directo de un piloto consolidado hacia una joven promesa.
Las 750 libras restantes fueron destinadas a la asociación Mens Minds Matter, una organización que lucha por la salud mental masculina. Esta elección no fue casual. Stacey explicó la razón con una vulnerabilidad poco común en el competitivo mundo del motor: "El suicidio me toca muy de cerca tras perder a mi padre de la misma manera". El piloto, conocido por lucir un sombrero de copa (tophat), desveló que lo hace "en su memoria y para generar un impacto que cambie la mentalidad del 'MAN UP' (sé un hombre)".
En su publicación, el piloto británico dejó una reflexión que va más allá de cualquier trofeo: "Puedes hablar de ello, a la gente le importa. Siempre preferiré escuchar la historia de alguien que ir a su funeral". Unas palabras que buscan romper el tabú que todavía rodea a los problemas de salud mental entre los hombres, animando a buscar ayuda y a comunicarse.
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El fin de semana, que él mismo describió como muy divertido, terminó así con un mensaje doble. Por un lado, agradeció el apoyo de su equipo y de los aficionados presentes en el circuito. Por otro, envió un recado final a quienes le habían criticado, cerrando su comunicado con un contundente corte de mangas "a los haters", que resonó con más fuerza que cualquier resultado deportivo.