![]() @todocircuitoweb |
En la carrera por el futuro de la movilidad eléctrica, hay dos caminos: el de la alta tecnología, con prototipos de ensueño y precios estratosféricos, y el de la pura pragmática, con soluciones sencillas y asequibles para las masas. Y Honda parece dispuesta a jugar en ambos tableros. Mientras sigue desarrollando proyectos de vanguardia como su EV Fun Concept, una serie de patentes recién desveladas por Cycleworld.com confirman que la marca del ala dorada está trabajando en un proyecto secreto que podría revolucionar el mercado: una motocicleta eléctrica ultrabásica y, sobre todo, baratísima.
Lejos de partir de una hoja en blanco, la estrategia de Honda para este nuevo modelo es tan simple como genial: tomar la base de una de las motos más sencillas y exitosas de su catálogo global, la Honda Shine 100, y electrificarla. Un movimiento que, más allá de su aparente simplicidad, esconde una declaración de intenciones y un claro mensaje a la creciente industria de motocicletas eléctricas de bajo coste, en su mayoría de origen chino.
Para entender la magnitud de este proyecto, hay que conocer a su protagonista de combustión. La Honda Shine 100, lanzada en 2023 para el mercado indio, es la definición de transporte básico en su estado más puro. Equipada con un modesto motor monocilíndrico de 99 cc y 7,3 CV, y con componentes tan sencillos como frenos de tambor, su precio de venta en la India equivale a unos irrisorios 680 euros. Una fórmula de éxito que le ha permitido vender más de 300.000 unidades en un solo año.
Es precisamente este chasis, de bajo coste y probada fiabilidad, el que Honda utilizará como esqueleto para su nueva moto eléctrica. Las patentes desvelan que las partes principales del bastidor se mantienen intactas, lo que reduce drásticamente los costes de desarrollo y fabricación.
La transformación de gasolina a electricidad, según los documentos de la patente, se ha resuelto con una serie de soluciones muy ingeniosas. Honda ha diseñado un motor eléctrico y una transmisión de una sola velocidad que se atornillan directamente a los mismos anclajes que el motor de combustión original. Sobre este conjunto motriz, se alojan dos baterías de iones de litio extraíbles, inclinadas hacia adelante, como si fueran los cilindros de un motor convencional.
Al no caber en el espacio entre el motor y la viga superior del chasis, las baterías se colocan una a cada lado, sobre unas bandejas que integran las conexiones eléctricas. El hueco que queda entre ambas baterías se aprovecha, de forma muy inteligente, como un canal para dirigir el flujo de aire de refrigeración hacia la controladora electrónica, situada justo detrás.
Esta nueva motocicleta no es un proyecto aislado, sino una pieza clave en la estrategia global de electrificación de Honda, que se basa en su sistema de baterías intercambiables, el Honda Mobile Power Pack e:. La marca ya ha comenzado a desplegar una extensa red de estaciones de intercambio de baterías en las principales ciudades de la India, como Delhi, Bangalore o Bombay, con el objetivo de tener cientos de ellas operativas a principios de 2026.
Hasta ahora, esta red daba servicio principalmente al scooter Activa e:, el único modelo que utilizaba estas baterías. La llegada de una segunda motocicleta, y además de un coste tan bajo, es fundamental para rentabilizar y expandir este ecosistema.
Leer también: Un piloto de MotoGP, una Ducati 996 y las calles de Los Ángeles
La ambición de Honda con su sistema de baterías intercambiables no se limita a la India. La compañía ya ofrece sus estaciones "Power Pack Exchanger e:" a empresas de otros países que quieran operar sus propias redes de intercambio. Esto abre una puerta a la posibilidad de que esta moto eléctrica ultrabásica, desarrollada para un mercado emergente, pueda acabar llegando a otras regiones, incluyendo Europa.