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Cada vez que nos subimos a una moto, asumimos un riesgo inherente. Sabemos que un despiste, una mala decisión de otro conductor, puede cambiarlo todo en un instante. Sin embargo, lo que ha ocurrido en Riverside, California, y que ha quedado registrado en un vídeo que ya se ha hecho viral, trasciende la fatalidad o el error para adentrarse en el terreno de la pesadilla más oscura de cualquier motorista: un ataque deliberado, una agresión con un coche como arma.
Las imágenes, grabadas desde la cámara del casco de la víctima, son escalofriantes. El motorista se encuentra detenido en un semáforo en rojo cuando, de repente, un Nissan Altima negro le embiste por detrás. Pero el impacto no es el final. En lugar de frenar, el conductor del coche pisa el acelerador, aprisionando al piloto y a su moto contra el parachoques y arrastrándolos varios metros por el asfalto. Una escena de una violencia brutal que pone los pelos de punta.
El propio motorista, que ha preferido mantener el anonimato, relató los momentos de pánico al New York Post: "Miro hacia atrás, justo a tiempo para ver el frontal de su coche colándose entre los dos coches, me embiste por detrás, me tira de la moto y luego acelera a fondo sobre mí". Solo cuando el agresor redujo momentáneamente la velocidad, el piloto, en estado de shock, pudo liberarse y escapar de una situación que podría haber tenido un desenlace fatal.
Según han informado las autoridades, el altercado no fue casual. Momentos antes del ataque, el conductor del coche, identificado posteriormente como Gary Delandro, de 32 años, le había cerrado el paso al motorista en el tráfico. En el siguiente semáforo, el piloto se colocó delante —una maniobra legal en California— y le recriminó brevemente su conducción. La respuesta de Delandro fue la agresión captada en vídeo.
A pesar de la brutalidad del ataque, las consecuencias físicas para el motorista, aunque serias, no pusieron en riesgo su vida. Sufrió quemaduras por abrasión, laceraciones que requirieron grapas, y su chaqueta y mochila quedaron destrozadas, al igual que su motocicleta. Un milagro, teniendo en cuenta la intencionalidad y la violencia de la agresión.
El conductor, por su parte, se dio a la fuga tras el incidente, aunque horas más tarde decidió entregarse a las autoridades. Ahora, Gary Delandro se enfrenta a una batería de cargos que reflejan la extrema gravedad de sus actos: intento de asesinato, agresión con un arma mortal y atropello y fuga. La fiscalía está tratando el caso como un acto intencionado, basándose en los testimonios de los testigos y, sobre todo, en la escalofriante evidencia del vídeo. Se le ha impuesto una fianza de un millón de dólares.
Afortunadamente, el motorista de esta historia está vivo y recuperándose. Y se espera que el sistema judicial actúe con toda la contundencia que un acto de esta naturaleza requiere. Su caso, tristemente, sirve como un crudo recordatorio de que los mayores peligros en la carretera no siempre son los despistes o las condiciones del asfalto, sino la ira irracional que, a veces, se apodera de algunos al volante.
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Aquí puedes ver el vídeo completo del incidente: