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A 213 km/h, en musculera y pantalón corto: este motorista catalán no olvidará la multa

Publicado el 05/07/2025 en Otras noticias

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TCJavier Ortega
@todocircuitoweb

Hay días en los que, como periodista de motos, te llegan noticias que te dejan sin palabras. Y no por la presentación de una nueva superbike o por un fichaje imposible en MotoGP, sino por la cruda y a veces incomprensible realidad de nuestras carreteras. La última de estas historias nos llega desde la comarca de Osona, en Cataluña, y tiene como protagonista a un motorista que ha decidido redefinir el concepto de imprudencia, pulverizando todos los límites de la velocidad y, lo que es aún más alarmante, del sentido común.

Los Mossos d'Esquadra han denunciado penalmente al conductor de una motocicleta que fue "cazado" por un radar circulando a la escalofriante velocidad de 213 km/h en un tramo de la carretera C-17, a su paso por el municipio de Malla. Pero la historia no acaba ahí. La imagen que completa este cuadro de insensatez es la indumentaria del piloto: en el momento de la infracción, vestía una camiseta de tirantes y un pantalón corto. Una combinación que convierte una posible caída, incluso a baja velocidad, en una tragedia garantizada.

Es fundamental entender que lo que ha hecho este motorista no es una simple infracción de tráfico que se salda con una multa y unos puntos. Superar en más de 80 km/h el límite de velocidad en una vía interurbana (en este caso, un tramo limitado a 100 km/h) está tipificado en el Código Penal español como un delito contra la seguridad vial. Esto significa que el piloto no se enfrenta a una sanción administrativa, sino a un proceso judicial con consecuencias mucho más graves.

Según el artículo 379.1 del Código Penal, las penas por este delito pueden ir desde prisión de tres a seis meses, una multa económica de seis a doce meses (cuya cuantía diaria la fija un juez en función de la capacidad económica del acusado), o bien trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días. Pero la consecuencia que más suele doler a cualquier conductor, y especialmente a un motorista, es la que afecta directamente a su permiso de conducir.

En cualquiera de los casos anteriores, la condena lleva aparejada la retirada del carnet de conducir por un tiempo superior a un año y hasta un máximo de cuatro años. Una vez cumplido ese periodo, para volver a conducir, deberá realizar un curso de sensibilización y reeducación vial y superar una prueba teórica.


En resumen, un error de unos pocos segundos que puede costarle años sin poder subirse a una moto de forma legal. Si por alguna razón el caso se tramitara por la vía administrativa (algo extremadamente improbable a esta velocidad), la sanción sería de 600 euros y la retirada de 6 puntos, el máximo posible.

Por si la temeridad de circular a 213 km/h no fuera suficiente, la elección de la vestimenta añade una capa de negligencia que resulta difícil de asimilar. Aunque la normativa española sobre equipamiento obligatorio para motoristas ha ido evolucionando, a día de hoy, el uso de guantes homologados es mandatorio. No llevarlos supone una sanción de 200 euros y la retirada de 4 puntos del carnet.

Pero más allá de la multa, pilotar en camiseta de tirantes y pantalón corto a esas velocidades es un acto de un desprecio absoluto por la propia integridad física. En este oficio, hemos visto demasiadas veces las terribles consecuencias de una caída sin la protección adecuada. El asfalto, a cualquier velocidad, actúa como una lija de grano grueso sobre la piel, y un impacto contra el guardarraíl o cualquier otro elemento de la vía puede tener resultados fatales. La combinación de velocidad extrema y falta de protección es un cóctel mortal que, por pura suerte, en esta ocasión solo ha terminado en una denuncia.

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Lamentablemente, este no es un caso aislado en la carretera C-17. Este eje se ha convertido en un escenario recurrente de infracciones de velocidad extremas. Los propios Mossos d'Esquadra han recordado que en los últimos dos años han denunciado a varios conductores por hechos similares en esta misma vía. En 2022, con pocos minutos de diferencia, dos coches fueron interceptados en Malla circulando a 205 km/h y 211 km/h. Ese mismo año, otro vehículo fue cazado a 215 km/h en la misma carretera, en dirección a Ripoll.

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El récord, al menos de los recientes, se lo llevó un conductor en 2023, interceptado a la altura de Les Masies de Voltregà circulando a unos demenciales 235 km/h. Los motoristas tampoco se han quedado atrás; el año pasado, otro fue denunciado por circular a 178 km/h en un tramo de la C-17 en La Garriga, limitado en ese caso a 80 km/h.

Tags: multa, mossos, policia, radar.


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