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El 3 de julio de 2025 quedará marcado en los libros de historia como el día en que el MotoGP, tal y como lo conocemos, cambió para siempre. Tras meses de negociaciones, análisis y un escrutinio regulatorio sin precedentes, Liberty Media, el gigante estadounidense que catapultó a la Fórmula 1 a una nueva dimensión de popularidad global, ha completado oficialmente la adquisición de Dorna Sports. Con esta operación, valorada en 4.200 millones de euros, MotoGP y todo su universo pasan a formar parte de un nuevo y colosal imperio del motor.
La operación, que recibió la luz verde definitiva de la Comisión Europea el pasado 23 de junio, se ha materializado con la compra por parte de Liberty Media del 84% de las acciones de Dorna. El 16% restante del capital permanecerá en manos del actual equipo directivo, una decisión estratégica que busca garantizar una transición suave y una continuidad en la gestión del día a día del campeonato.
A partir de ahora, MotoGP se integrará dentro de la estructura del "Formula One Group" de Liberty Media, compartiendo paraguas corporativo con la propia Fórmula 1 y con Quint, una empresa especializada en la venta de entradas y paquetes de hospitality para grandes eventos deportivos. Esta sinergia crea un gigante del entretenimiento y el motorsport con un poder y un alcance nunca antes vistos, abriendo un abanico de posibilidades y, también, de interrogantes sobre el futuro.
Para tranquilidad de muchos en el paddock, la operación no supondrá una revolución inmediata en la cúpula directiva de Dorna. Carmelo Ezpeleta, el hombre que ha guiado los destinos de MotoGP desde 1991, continuará como CEO, al igual que su núcleo duro de confianza, incluyendo a figuras clave como Enrique Aldama.
Sin embargo, la nueva era traerá consigo la incorporación al consejo de administración de Dorna de pesos pesados de Liberty Media, como Chase Carey y Sean Bratches, los arquitectos del reciente 'boom' comercial de la Fórmula 1. Su llegada anticipa la implementación de nuevas estrategias comerciales y de marketing.
El alcance de esta adquisición es inmenso y va mucho más allá de la categoría reina. Bajo el control de Liberty Media quedan ahora no solo MotoGP, Moto2 y Moto3, sino también el Campeonato del Mundo de Superbikes, la Copa del Mundo de MotoE y, de forma crucial, toda la pirámide de formación de talentos gestionada por Dorna. Series como el JuniorGP, la Red Bull Rookies Cup, la Asia Talent Cup o la British Talent Cup forman parte de un paquete que convierte a Liberty en el dueño y señor del camino hacia la élite del motociclismo.
La gran esperanza que subyace en esta operación es que Liberty Media sea capaz de replicar con MotoGP el "milagro" que obró con la Fórmula 1. Desde su adquisición en 2017, la F1 ha experimentado un crecimiento exponencial en popularidad, atrayendo a nuevas audiencias, especialmente en mercados estratégicos como el estadounidense, gracias a una innovadora estrategia de contenidos y a fenómenos mediáticos como la serie 'Drive to Survive'. El paddock de MotoGP sueña ahora con un impulso similar que lleve al campeonato a un nuevo nivel de visibilidad y relevancia global.
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Sin embargo, el camino hasta esta firma no ha sido un paseo. La operación, que parecía cerrada a finales de 2024, se encontró con importantes escollos políticos. La Comisión Europea, a través de sus organismos antimonopolio, sometió el acuerdo a un detallado escrutinio durante meses. La principal preocupación de los reguladores era que la concentración de los derechos comerciales de los dos mayores campeonatos de motor del mundo en unas solas manos pudiera provocar un aumento de los precios de las licencias de retransmisión, perjudicando a televisiones y, en última instancia, a los aficionados.