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Álex Márquez ha comenzado su particular carrera contra el reloj tras pasar por quirófano debido a una fractura en el segundo metacarpiano de su mano izquierda. La lesión se produjo durante una caída en el Gran Premio de Assen, en una maniobra cuerpo a cuerpo con Pedro Acosta que acabó con el piloto de Gresini en el suelo y declarado “no apto” para continuar el fin de semana.
Sin perder tiempo, Márquez voló directamente a Madrid la misma noche del domingo para ser intervenido. La operación fue un éxito, y dos días después ya compartía las primeras noticias sobre su recuperación: “¡Primera revisión después de la cirugía muy positiva! Empezamos la rehabilitación”.
Aunque no ha querido poner fechas ni hacer promesas apresuradas, el piloto no esconde su intención de estar en la parrilla del GP de Alemania, que se celebra en el circuito de Sachsenring dentro de apenas diez días (12 y 13 de julio). Aún necesita superar un control médico obligatorio para obtener la autorización que le permita volver a competir.
En la lucha por el campeonato, el menor de los Márquez ocupa actualmente el segundo puesto de la general, con 68 puntos de desventaja respecto a su hermano Marc. Una ausencia en Alemania podría complicar aún más sus aspiraciones en el Mundial, en una temporada en la que había mostrado consistencia y ritmo para mantenerse entre los favoritos.
Desde su entorno aseguran que esta semana será clave para valorar si es posible acelerar el proceso de recuperación lo suficiente como para estar en forma en tiempo récord. El trabajo de fisioterapia ya ha comenzado, centrado en recuperar movilidad y reducir la inflamación en la zona afectada.
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Con el objetivo claro de no perder comba en la clasificación, Álex Márquez mantiene la esperanza de regresar a la acción cuanto antes. El tiempo dirá si logra llegar a Sachsenring, pero lo que está claro es que el espíritu de lucha no se le ha fracturado.
