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Una imagen vale más que mil palabras, y la que protagonizó Jack Miller en el Gran Premio de Gran Bretaña de MotoGP, durante su encarnizada lucha con Johann Zarco por la quinta plaza, es la definición gráfica de la entrega, el espectáculo y el coraje en la categoría reina. El australiano del equipo Pramac Yamaha, aunque finalmente cedió la posición ante el francés en una maniobra que fue candidata a mejor adelantamiento del Gran Premio, dejó una estampa para el recuerdo que ya está dando la vuelta al mundo y que resume a la perfección su "pelea de perros" en Silverstone.
La instantánea en cuestión, capturada en la rapidísima llegada a la curva de Maggotts, muestra al australiano frenando a más de 270 km/h con su Yamaha M1 inclinada en un ángulo inverosímil de aproximadamente 45 grados, con la pierna completamente extendida buscando el límite y tratando desesperadamente de cerrar la puerta a un Zarco que venía lanzado. Un esfuerzo titánico que, aunque no evitó el adelantamiento, sí dejó patente el espíritu combativo de "Thriller" Miller.
Más allá de ese momento icónico, la carrera de Miller fue una constante batalla por la supervivencia y la adaptación en unas condiciones complicadas. Partiendo con el neumático delantero blando, al igual que su compañero de marca Fabio Quartararo, el australiano realizó una buena salida y se mantuvo en las primeras posiciones durante los compases iniciales.
"Intenté ir a un ritmo similar al de Fabio al principio", admitió Miller, "pero para ser sincero, entendí después de probablemente 3-4 vueltas que no iba a ser factible para toda la duración de la carrera". El motivo, según explicó, era el excesivo desgaste que estaba generando en el neumático delantero al forzar la entrada en curva para mantener la velocidad. "Pude cambiar mis trazadas para cortar un poco más el viento, y eso fue mejor", añadió sobre su adaptación.
Cuando la carrera entraba en su fase decisiva, y tras haber caído hasta la sexta plaza para luego remontar a la cuarta posición a rueda de Marc Márquez, la situación se complicó drásticamente para el de Pramac Yamaha. "Me acomodé bastante bien allí detrás de Marc. Luego, a unas cuatro vueltas del final, pude ver que el ritmo de Marc bajó un poco", relató Miller. "Estaba evaluando dónde podría hacerle un adelantamiento y justo en ese momento, Morbidelli llegó y se desató el infierno entre él, yo y Álex Márquez".
CCTV footage of the Morbidelli-Espargaro incident 👀👇#BritishGP 🇬🇧 pic.twitter.com/7w5O0QlPKT
— MotoGP™🏁 (@MotoGP) May 25, 2025
El australiano explicó las dificultades que encuentra con la Yamaha en este tipo de "peleas de perros", como él mismo las define, en comparación con otras monturas. "Estaba tratando de hacer lo que podía para mantener a raya a esos chicos. Pero es duro cuando te metes en ese tipo de refriega (...) Si algo perturba nuestro ritmo a mitad de curva, ya sea tener que parar la moto, hacer un adelantamiento o lo que sea, es difícil recuperar ese impulso. Necesitas un poco de tiempo para reagruparte y recuperarte. Mientras que ellos pueden pararla, acelerar y no perder tanto tiempo. Así que trabajaremos en eso".
A pesar de todo, Miller cruzó la meta en una meritoria séptima posición, rompiendo una sequía de seis carreras consecutivas sin puntuar y convirtiéndose, tras el descorazonador abandono de Fabio Quartararo por un problema técnico cuando lideraba, en la mejor Yamaha en la línea de meta.
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"Obviamente, devastado por Fabio", comentó Miller sobre la desgracia de su compañero. "Quiero decir, hoy lo tenía en el bolsillo. Se fue como el viento. ¡No había mucho que yo pudiera hacer!". El australiano atribuyó la velocidad de Quartararo a su habilidad para "empujar desde el principio" con el neumático blando delantero y a que las Ducati parecían sufrir más con el viento.
