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La temporada de Brad Binder está alcanzando niveles de frustración que no se veían desde sus primeros pasos en la categoría reina. El piloto sudafricano cerró un Gran Premio de Gran Bretaña para el olvido, en el que apenas pudo rascar un punto tras terminar 15.º en la carrera del domingo, beneficiado por una sanción a Luca Marini. Su cara al bajarse de la RC16 lo decía todo. Pero sus palabras fueron aún más claras.
“Ha sido horrible. Horrible”, reconoció sin rodeos al hablar sobre lo vivido en Silverstone. “Tuve un buen inicio en la primera salida, pero en la segunda no logré una buena salida. Adelanté a algunos pilotos, pero la moto era muy inestable. Tenía tantas sacudidas en las rectas y de curva a curva que debía cortar gas, lo cual nunca es bueno”.
Binder se encuentra atrapado en un ciclo de desconfianza y falta de sensaciones sobre su KTM, que ha sido incapaz de ofrecerle la estabilidad necesaria en situaciones críticas. En la cita británica, las condiciones meteorológicas, con viento y bajas temperaturas, complicaron aún más su situación: “Realmente no fue ideal. Me faltaba mucha confianza, especialmente en la parte delantera”.
El sudafricano explicó que su rendimiento empeoraba notablemente al rodar en solitario, sin la ayuda aerodinámica de otros pilotos: “Sentía que no podía inclinar la moto porque parecía que la parte delantera se iba a deslizar todo el tiempo. Incluso yendo despacio, tuve momentos en los que estuve a punto de caer. Necesito encontrar algo de confianza, solo tratar de encontrar una buena sensación y usarla”.
Tras siete grandes premios disputados, Binder suma tan solo 34 puntos en la general, con una sexta posición en Jerez como mejor resultado. Una situación alarmante en un equipo de fábrica como KTM, que arrancó el curso con expectativas altas y que ahora parece completamente perdido con el desarrollo de la RC16.
El propio piloto lo resumió sin ambages cuando se le preguntó por el rumbo del equipo: “No me malinterpreten, sé que no debería estar rodando en la posición 15. Pero es lo que hay, ese es literalmente mi nivel en este momento. Siento que al principio puedo seguir el ritmo de los demás, pero luego tengo estos momentos extraños”.
La frustración es tal, que Binder empieza a cuestionarse incluso su enfoque en pista. “Lo último que quiero es no terminar cuatro carreras seguidas. Al final, rodando al límite, también tuve sustos, y me dije: ‘¿Qué demonios estoy haciendo?’ Así que, un poco complicado. Necesito encontrar confianza de nuevo y estoy seguro de que lo resolveremos”.
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El ambiente en KTM refleja el desconcierto. Con una RC16 que no responde a los ajustes y pilotos que prueban distintas configuraciones sin encontrar resultados, la temporada amenaza con desmoronarse si no llegan soluciones urgentes. Y lo que quizás preocupa más en Austria: la posible marcha de Pedro Acosta rumbo al VR46 Team si las cosas no mejoran con urgencia.
