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Hay motos que no solo envejecen bien, sino que además se convierten en auténticos tesoros de dos ruedas. Un ejemplo perfecto es esta Honda VTR1000 SP-1, vestida con los míticos colores Castrol, que acaba de salir a la venta en el Reino Unido en un estado que roza lo milagroso: inmaculada, sin registrar y con apenas 5 millas en el marcador. Sí, 5. Como quien va a comprar el pan y vuelve.
Este ejemplar, además, no es una SP-2 cualquiera. Fue un encargo especial de Honda, diseñada para lucir los colores del equipo Castrol en la era gloriosa de Colin Edwards, justo antes de que el norteamericano arrasara en el Mundial de Superbikes de 2002 a lomos de la VTR1000 SP-2. Para quien no lo recuerde, aquel campeonato no solo fue el segundo título de Edwards con Honda, sino también el momento en que logró frenar la aplastante hegemonía de Ducati y sus afiladas 916 y 996.
Claro que Honda no siempre lo tuvo tan fácil en Superbikes. Hasta 1999, su apuesta era un motor V4 de 750 cc que no terminaba de plantar cara a las bicilíndricas italianas. Ducati dominaba gracias al martilleo incansable de sus V-Twin y al talento de tipos como Carl Fogarty. Viendo el panorama, en Honda aplicaron la receta del "si no puedes con ellos, únete a ellos" y decidieron fabricar su propio V-Twin.
El resultado fue la imponente RC51, conocida en Europa como la SP-1, y con ella Colin Edwards se llevó el título en el primer intento. Nada mal para ser "novatos" en el formato.
La moto que ahora busca nuevo dueño pertenece a The Bike Specialists, un concesionario de Sheffield que no es precisamente novato en esto de vender joyas. Según su anuncio, estamos ante "una pieza única, encargada de manera especial, que conserva su estado original, sin registrar, con solo 5 millas recorridas". Además, este modelo lleva el dorsal número uno de Edwards y hasta una bandera americana en su decoración. Puro ADN de circuito.
Lo cierto es que esta SP-1 no solo es bonita, sino que también rezuma calidad por los cuatro costados. Compacta, agresiva y con la típica construcción impecable de Honda, está pensada para ofrecer sensaciones serias: estriberas retrasadas, asiento tallado para rozar rodilla en cada curva y un chasis ligero que convierte cada salida en una experiencia inolvidable.
Puede que no sea la más brutal en cifras puras de potencia —aunque su motor V-twin empuja con 136 caballos —, pero su relación peso-potencia y la entrega de par a bajas vueltas prometen mucha, pero que mucha diversión.
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Ahora bien, todo este pedigrí, esta historia de carreras y este estado de conservación casi de museo tienen un precio. ¿Mucho? Digamos que sí: esta Honda VTR1000 SP-1 Castrol se ofrece por nada menos que 26.999 libras. Al cambio actual, unos 31.700 euros.