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En Wayne City, Illinois, se ha desatado una tormenta social. Y sí, tiene que ver con corrupción después de que su exjefe de policía, Anson Fenton, fuera declarado culpable de un par de delitos bastante serios: vender las motos que habían sido confiscadas en acto de servicio… y quedarse con toda la ganancia. En esta historia tienen algo que ver un par de Harley-Davidson y hasta una Suzuki Hayabusa.
Fenton, que estuvo al frente del departamento de policía entre 2022 y 2023, no solo vendió dos motos de alto valor sin avisarle a nadie, sino que también hizo un curioso "rueque con otra más. Primero se deshizo de un par de Harley-Davidson Street Glide Special 2017, y otra una Harley-Davidson Fat Boy del año 2000. Luego hizo lo propio con una Suzuki Hayabusa del 2022. Todas máquinas que cualquier fan de las motos envidiaría; especialmente la última.
Las dos Harley fueron vendidas por su cuenta, sin autorización de la Junta de Síndicos de Wayne City. Es decir, las confiscó y su mejor idea fue ponerlas a la venta directamente. Cada una estaba valuada en más de 5 mil dólares. El dinero, por supuesto, nunca llegó a las arcas municipales. Se quedó cómodamente en los bolsillos de Fenton, que se metió más de 10.000 dólares.
Pero el episodio más insólito fue con la Hayabusa. En lugar de seguir el protocolo, el exjefe decidió cambiarla por un Ford Mustang 1991, todo para uso personal. Y por si fuera poco, hizo un viaje de más de diez horas manejando la moto desde Wayne City hasta Alexandria, Virginia, solo para cerrar el trato. Como si fuera una venta por Facebook Marketplace, pero con un pequeño detalle: la moto no era suya.
Según las autoridades, Fenton tenía la responsabilidad directa de proteger todos los bienes incautados por la policía, pero claramente decidió hacer su propio negocio. Por todo esto, enfrenta hasta 10 años de prisión por cada cargo, además de posibles multas que podrían alcanzar los 250 mil dólares por infracción.
La sentencia final se conocerá el próximo 30 de julio en un tribunal federal de East St. Louis, y no pinta nada bien para Fenton. El juez ya ha dicho que es una "traición a la comunidad".
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El fiscal del caso, Steven D. Weinhoeft, fue claro con su mensaje: “Apoyamos firmemente a nuestra policía, pero cuando alguien abusa de su poder de esta manera, tenemos que actuar. Usar una posición de confianza para beneficio personal es una traición directa a la comunidad”.