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El Gran Premio de Argentina no fue precisamente un paseo por las nubes para Pedro Acosta y el equipo Red Bull KTM Factory Racing. El joven piloto murciano cerró el domingo con un noveno puesto en la carrera principal, repitiendo el mismo resultado que obtuvo en la Sprint. Aunque no fue un desastre total, el propio Acosta dejó claro que la situación actual no le hace ninguna gracia.
Acosta intentó ver el lado positivo tras una jornada complicada en Termas de Río Hondo. “¿Cómo ha ido la carrera? Mejor que la Sprint de ayer. Al menos, la moto funcionaba y me sentí bastante bien”, comentó. Sin embargo, no tardó en señalar uno de los problemas recurrentes del fin de semana: la inconsistencia de su KTM. “Tenemos que entender por qué nuestra moto cambia tanto entre una sesión y otra o de un día al siguiente, pero al menos hoy parecía una moto”, añadió con cierta ironía.
Pero los problemas no solo vinieron de la máquina. El murciano también tuvo que lidiar con molestias físicas durante la carrera. "A partir de mitad de carrera, tuve problemas que no estaban relacionados con la moto", explicó. El causante: el temido síndrome compartimental.
“No suelo tener problemas de síndrome compartimental. La única vez que me pasó fue en mi primera carrera en MotoGP. Por eso creo que no es nada serio. No es algo que tenga que ver con la moto, sino con algo externo. Digamos que sabemos de dónde viene”, comentó Acosta, restándole dramatismo al asunto, aunque sin profundizar demasiado en las causas.
Los neumáticos tampoco ayudaron demasiado en la cruzada de Acosta. Según el piloto, uno de los principales retos fue lidiar con la presión delantera. “Creo que Brad y yo tuvimos el mismo problema en carrera. Es bastante evidente”, dijo.
El momento clave llegó cuando Joan Mir le adelantó. Ahí, Acosta intentó bajar la presión de su neumático delantero de una manera poco ortodoxa. “Quizás visteis que hice algunas tonterías en la recta para intentar bajarla”, confesó. La maniobra pareció surtir efecto momentáneamente, permitiéndole recuperar ritmo, adelantar a Mir y lanzarse en la caza de Binder, Di Giannantonio y Ogura. Consiguió superar a este último, pero la molestia en el brazo acabó pasándole factura en los últimos compases de la carrera. “A pesar del problema, estaba logrando acercarme a Binder al final, pero ya era tarde. Fue lo que fue”, zanjó el piloto de KTM.
Acosta no se mordió la lengua a la hora de expresar su frustración. Y no es el único en el box de KTM con sentimientos encontrados. "No nos gusta estar así. Ni a mí, ni a Brad, ni a Maverick, ni a Bastianini", afirmó con contundencia al micrófono de DAZN.
Y no es para menos. Hablamos de pilotos con currículums cargados de títulos y victorias. "Brad ha ganado un Mundial de Moto3 y ha luchado por dos en Moto2, Maverick ganó el de Moto3 y ha estado luchando por el Mundial de MotoGP, Bastianini ganó muchas carreras el año pasado y también un Mundial de Moto2... No nos gusta vernos así, está claro. Tampoco a los jefes", subrayó Acosta.
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El mensaje es claro: el descontento en KTM va en aumento, y la paciencia de los pilotos parece estar llegando a su límite. "Está claro que no me gustaría estar así mucho tiempo. Habrá que apretar, claro", sentenció.
