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¿Quién dijo que la nostalgia no podía ser explosiva? El equipo Team Classic Suzuki ha decidido que los domingos de carreras cancelados en 2020 eran el momento perfecto para un experimento loco: ¿y si una Suzuki Katana clásica se fusionara con el corazón de una Superbike moderna? ¿El resultado? Una moto que no solo es un homenaje a la icónica Katana, sino una máquina con 200 CV capaces de desgarrar cualquier carretera.
En el núcleo de esta Katana transformada late un motor de superbike de verdad: un propulsor GSX-R1000 del equipo Alstare que rugió en el Campeonato del Mundo de Superbikes en 2008. "Pusimos un motor de especificación WSBK de 2008, revisado por Nathan Colombi del equipo", comenta el equipo. Este motor, que en su día impulsó a pilotos como Fonsi Nieto y Max Neukirchner, ahora lanza 200 caballos directamente a la rueda trasera.
Para mantener las temperaturas bajo control, el equipo instaló un radiador y un enfriador de aceite de competición, conectados por tuberías de aluminio. Y por supuesto, el sonido que emite este monstruo no decepciona, gracias a un sistema de escape Alstare con un enlace Racefit y un silenciador que promete hacer temblar el suelo.
Un motor así no podía ir en cualquier sitio. Por eso, esta Katana utiliza un chasis Alstare 2008, diseñado originalmente para las GSX-R1000 de competición. ¿El toque maestro? Un basculante artesanal de Alpha Performance Fabrications, más grande pero más ligero que el original, diseñado para rendir homenaje al basculante de la Katana clásica.
Alpha también fabricó el subchasis, diseñado para alojar un sistema de doble amortiguador, igual que las Katanas originales. Para completar el conjunto, Öhlins suministró la suspensión delantera y trasera, adaptada para que esta joya también pueda rodar por las calles (aunque seguro que no perderá su alma de circuito).
Los frenos son cortesía de Brembo, superando incluso las especificaciones originales del equipo Alstare. En la parte trasera, el equipo escondió la pinza entre el basculante y la rueda, logrando un diseño más limpio y estilizado.
En cuanto a las ruedas, optaron por unas Dymag CH3 de magnesio, ligeras y con un look clásico. Estas están calzadas con neumáticos Michelin Power Cup Evo: un 120 en el frente y un descomunal 200 en la trasera, perfectos para transmitir la potencia de este demonio a la carretera.
Aunque el corazón y el esqueleto son puro rendimiento moderno, el diseño de esta moto respeta las líneas clásicas de la Katana. El carenado delantero es una unidad original del programa de piezas vintage de Suzuki, ampliada y modificada para encajar en este proyecto. Encima, un depósito de combustible de superbike asegura que esta bestia no se quede sin gasolina demasiado rápido.
El equipo creó paneles de carbono para completar el look, incluyendo un guardabarros delantero y un espectacular faro LED rodeado de carbono que mantiene el icónico perfil de la Katana. Atrás, un piloto LED minimalista y un asiento diseñado por Race Seats rematan el paquete con un logo de Katana que grita "exclusividad".
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Lo mejor de todo es que esta obra maestra es completamente legal para la carretera. Sí, lleva matrícula, aunque dudamos que la policía crea que "es completamente de serie", como bromean los creadores. Con un esquema de pintura plateada con detalles en rojo, esta Suzuki Katana modificada es una mezcla irresistible de lo mejor de los años 80 con la tecnología más avanzada del motociclismo moderno.