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María Herrera ha tenido la oportunidad de reflexionar sobre los desafíos que ha enfrentado a lo largo de su carrera en una reciente entrevista para el programa En Estado Puro de Movistar+. Desde sus inicios en el motociclismo hasta convertirse en una referencia para futuras generaciones, Herrera habló sobre los obstáculos superados y su papel en un deporte mayoritariamente masculino.
Desde que su padre le propuso apuntarse a una selección de pilotos a los 7 años, la vida de María Herrera ha estado ligada a las motos. “Yo no había cogido esa moto en mi vida, era una minimoto. Hacía campo aquí al lado de casa y me dijo: ‘Venga, vamos a entrenar’. Recuerdo que mi madre me dijo: ‘Si tú no entras, no pasa nada, que hay 200 niños y no has cogido la moto nunca’”, relató. A pesar de las circunstancias, Herrera impresionó durante las pruebas, finalizando quinta y siendo seleccionada entre 200 niños.
Esa oportunidad fue el primer paso de una carrera histórica. En 2013, María se convirtió en la primera mujer en ganar una carrera del FIM CEV Repsol, un hito que marcó su camino hacia el Campeonato del Mundo de Moto3 en 2015. “Fue una experiencia de ver a los pilotos con los que juegas en la Play o ves en la tele, ir con ellos. Y la verdad que el primer año lo hice muy bien. En una carrera estuve luchando por el podio, incluso con Jorge Martín”, recordó sobre su debut completo en el Mundial.
La piloto no ha tenido un camino fácil. Desde pequeña, enfrentó prejuicios por ser mujer en un deporte predominantemente masculino. “Sí que he escuchado algún padre decir: ‘Que no te gane esa niña’. Yo me reía, porque si le ganaba al niño, lo disfrutaba. Y si perdía, pues bueno, eran cosas de críos”, señaló.
Sin embargo, los retos se hicieron más evidentes al avanzar en su carrera: “Cuando ya subo y estoy haciéndolo bien en el Campeonato de España, que lucho contra Fabio Quartararo... Pues ya tengo que dar el salto al mundial y veo que no tengo equipo cuando voy primera del campeonato. No lo entendía porque ahora, casi todos los que suben tienen equipo oficial, y a lo mejor no han hecho ni los resultados que estaba haciendo yo”.
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A lo largo de los años, María ha aprendido a valorar su impacto en el deporte y el rol que desempeña como modelo a seguir. “Antes no me veía como referente, pero ahora, como veo a niñas pequeñas que me dicen ‘Quiero ser como tú’, pues al final te lo crees. Que la gente te está viendo, te ve todos los entrenos que haces, te preguntan cómo entrenas. Entonces, sí, sí que somos un espejo para las nuevas generaciones. Y sobre todo, pues que yo no tenía un referente femenino. Entonces es de gran ayuda”.
