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La Yamaha R3 es una deportiva excelente, pero para un público muy concreto. Es una deportiva de aprendizaje y diversión, pero su motor bicilíndrico y sus 42 CV de potencia máxima pueden quedarse algo escasos para un piloto experimentado. Pero alguien ha pensado que sería una excelente idea dotarla de un supercargador y marcarse unos cuantos récords mundiales de paso.
Y ha acabado sucediendo. La susodicha, una Yamaha R3, ha recibido un supercargador Rotrex por parte del famoso distribuidor británico TTS Performance. Esta gente ya es conocida por haberle puesto a otras máquinas su supercargador y haber roto los esquemas, como aquella Suzuki Hayabusa de 385 CV y 285 Nm de par motor. Una absoluta bestia.
Esta Yamaha R3 ha pasado de ser una mini bestia a ser una bestia en condiciones. De rendir 42 CV ha pasado a 78 CV a 18.000 vueltas encima del banco de pruebas. Cerca se ha quedado de duplicar su potencia. Y eso que el motor no ha cambiado y conserva su cilindrada original de 310 centímetros cúbicos.
Sin embargo, sí que se han mejorado ciertos componentes como pistones de baja compresión forjados JE personalizados, bielas Carrillo, un cigüeñal de serie tratado criogénicamente y un nuevo árbol de levas.
Pero la joya de la corona es el supercargador de TTS Performance, el ya conocido en el mundo de las modificaciones Rotrex C15-16. Este en concreto se ajustó a medida para la moto mediante una ECU aRacer RC Super-X. Antes de llevarla al lugar donde intentarían acometer el récord, la subieron al dinamómetro, y se quedaron asustados del potencial de la R3.
Así que con todo preparado partieron a las salinas Bonneville de Utah, un conocidísimo lugar que se utiliza para carreras de velocidad. Pues cuando pusieron la moto sobre las salinas, los récords empezaron a salir solos: uno, dos, tres, cuatro... Y así hasta seis. Seis récords mundiales en solo unas horas. Cuatro de los seis récords fueron nuevos récords nacionales de la AMA, con una velocidad máxima de 142,44 mph (229 km/h) en el cuarto de ellos.
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Se establecieron otros dos récords, nuevos récords mundiales de la FIM, aunque en ninguno de ellos se superó la velocidad máxima de 142,44 mph. Y lo mejor de todo, es que está grabado en vídeo. Así que ponte los auriculares y disfruta de esta R3 tan especial... Y potente: