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El bicampeón del mundo de MotoGP, Pecco Bagnaia, fue recibido por el Papa Francisco en el Vaticano en una ceremonia especial organizada con motivo del 120.º aniversario de la Federación Internacional de Motociclismo (FIM). Acompañado por su esposa, Domizia, Bagnaia vivió un momento único en la historia reciente del motociclismo italiano, donde su legado y el de Ducati fueron celebrados al más alto nivel.
El evento, organizado por la FIM y la Federación Italiana de Motociclismo, destacó el impacto de Bagnaia en el deporte desde que debutara en el Campeonato del Mundo de Moto3 en 2013 gracias al apoyo de la FMI. A través de su cuenta de Instagram, el turinés compartió su emoción tras el encuentro con el Sumo Pontífice: “Un momento de gran honor y emoción ser recibido por Su Santidad el Papa Francisco. Un agradecimiento especial también a la FMI y la FIM por brindarnos esta gran oportunidad”, escribió el piloto.
Como muestra de agradecimiento, Pecco le entregó al Papa una edición especial de la Gazzetta dello Sport dedicada a su histórica victoria en el Campeonato del Mundo de 2022. En esa temporada, Bagnaia se convirtió en el primer piloto italiano en ganar el título de MotoGP sobre una moto italiana en la era de los cuatro tiempos, un logro que Ducati no conseguía desde Casey Stoner en 2007.
La visita de Bagnaia al Vaticano llega en un momento de auge para Ducati, que ha dominado el campeonato en los últimos años. Aunque en 2024 Bagnaia no logró revalidar el título, que quedó en manos de Jorge Martín con el equipo satélite Pramac Racing, Ducati mantuvo su supremacía con victorias en todas las carreras de la temporada, excepto cuatro, estas últimas ganadas por Aprilia.
Por primera vez en la historia de MotoGP, todas las victorias de una temporada fueron logradas por fabricantes de una misma nación, un hito que no se veía desde 2015, cuando Honda y Yamaha monopolizaron los triunfos para Japón. Ducati, además, reafirmó su posición al conseguir el título de pilotos, equipos y constructores, marcando un dominio absoluto en el campeonato.
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La relación de Bagnaia con la FMI, organizadora del evento junto a la FIM, ha sido clave en su carrera. La federación italiana fue responsable de abrirle las puertas al Campeonato del Mundo, donde debutó hace más de una década. Ahora, convertido en bicampeón del mundo y referente del motociclismo italiano, su visita al Vaticano es un reconocimiento no solo a su trayectoria, sino también al papel que el motociclismo juega en la cultura italiana.
