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La Ducati Panigale es una de las superbikes más exóticas del planeta. Todo amante de las dos ruedas sueña con tener una en su garaje, pero hay ciertos impedimentos económicos que no permiten a todos tener una. Puede llegar a costar la friolera de 61.500 euros. Vale, tiene truco: cuesta eso si le metemos todos los extras posibles para que parezca una MotoGP. Pero de serie tampoco es barata.
La nueva Ducati Panigale V4 S cuesta la friolera de 34.790 euros. Y con todos los extras es muy fácil subir el precio final hasta los 61.500 euros. Sabemos que las comparaciones son odiosas, pero por 33.000 euros te puedes hacer con una BMW M 1000 RR con todo lo que hay para añadir de extras en la moto italiana.
¿Y de dónde saca Ducati un sobreprecio de 26.756 euros en comparación con el precio de base? Se llama fibra de carbono (vale, no todo). Ya sabemos que en el mundo de las motos y especialmente en la competición la fibra de carbono es un material muy preciado por sus particularidades, poco peso y rendimiento.
Lo más sensato y visual de todo ese paquete son, muy probablemente, las elegantes llantas de 10 radios fabricadas en fibra de carbono ligera. Solo ellas cuestan la friolera de 5.712 euros, mientras que el resto de protecciones y piezas aerodinámicas de carbono comoi protectores del bastridor y basculante, guardabarros y alerones suman 4.656 euros adicionales por 10 artículos individuales. Te pones en más de 10.000 euros solo sumando fibra.
Las orquestas también son caras. Y si no, que se lo pregunten al escape de la Panigale. Ducati tiene, en concreto, tres opciones para hacer sonar a la Panigale V4 S como una feria de pueblo, aunque solo uno de ellos está homologado y es legal para circular por la calle. Es un Akrapovic son silenciador de repuesto y tapa de titanio con ABE que cuesta 5.593 euros. El silenciador trasero de carrera es más barato, pero no lo podrás llevar para ir de ruta: 3.927 euros. La última opción es la más cara, por 8.568 euros, los de Borgo Panigale te atornillan un sistema completo de titanio.
También se le puede añadir un embrague seco por 3.685 euros (esperemos que incluya el montaje por ese precio). Y sigue faltando dinero para la suma. Lo demás son 'pijadas': las estriberas regulables salen por más de 1.500 euros; el paquete deportivo con cambio invertido, tapón del depósito y demás, otros 1.200 euros; gadgets electrónicos como el sistema de control de presión de los neumáticos suman 409 euros; el control de crucero 260 euros; la alarma por 297... Y así una larga lista de pequeños útiles hasta llegar a los más de 60.000 euros.
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El que quiera hacerse con una Panigale de competición no lo tiene fácil. Bueno, fácil sí, lo que no lo tiene es barato. Eso sería como llevar prácticamente una moto del WSBK, y lo más parecido que existe a un prototipo de la Desmosedici de MotoGP.
