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Jorge Lorenzo ha cumplido uno de los sueños de su infancia. A pesar de que el balear ha probado casi todos los motores que existen en el Mundial de Motociclismo, el #99 tenía una espinita clavada desde hace tiempo: probar una 500 de gran premio, y gracias a la generosidad de Giovanni Castiglioni, Lorenzo tuvo la oportunidad de dar unas vueltas sobre la mítica Cagiva C594 durante el Vmoto Proday celebrado en el Circuito de Misano el pasado 17 de julio.
La Cagiva C594 fue una moto que marcó un hito en la historia del motociclismo al ser la primera moto europea de 500 cc en desafiar seriamente a las dominantes máquinas japonesas en el Campeonato Mundial de Motociclismo. Introducida en 1994, la C594 fue desarrollada por el equipo de Cagiva bajo la dirección de Claudio Castiglioni. Con un motor de dos tiempos y un chasis innovador, la moto mostró un notable rendimiento que le permitió competir de tú a tú con las motos japonesas, que hasta entonces habían monopolizado la categoría.
La moto destacaba por su avanzada ingeniería y diseño, que incluía un motor V4 de dos tiempos de 185 cv de potencia y una serie de mejoras aerodinámicas y de chasis que optimizaban su rendimiento en pista. Pilotos legendarios como John Kocinski y Doug Chandler fueron clave en el desarrollo y éxito de la C594, logrando victorias y podios importantes que pusieron a Cagiva en el mapa del motociclismo mundial. En 1994, John Kocinski obtuvo una memorable victoria en el Gran Premio de Australia, una prueba de la competitividad y capacidad de la C594 frente a las potentes motos japonesas.
En su toma de contacto con esta máquina de 185 cv y 130 kilos de peso, Jorge Lorenzo no tardó en volver a sus primeros años en el motociclismo, cuando se proclamó campeón del mundo en dos ocasiones con una Aprilia 250 de dos tiempos: "Me ha hecho volver un poco a mi infancia, a mi adolescencia, cuando tenía 15 o 16 años y tenía que domar estos motores de dos tiempos. Sinceramente, una MotoGP está en otro planeta, están en Marte, y esto está en el planeta Tierra", declaró el español a Motosprint nada más bajarse de la Cagiva.
Al pentacampeón del mundo le costó adaptarse a las dimensiones de la Cagiva, sobre todo a la posición de las piernas, excesivamente levantadas para su gusto: "Es muy incómoda, porque tienes que doblar muchísimo las rodillas, es realmente incómoda. Es muy difícil meter el pie para poder cambiar de marcha", admitió Lorenzo en un vídeo grabado por La Gazzetta dello Sport durante el Vmoto Proday.
Comparada con una MotoGP, Lorenzo encontró en la Cagiva C594 "una moto muy rígida", y acostumbrado a los más de 250 cv de las MotoGP que pilotó hasta su retirada, reconoce que esperaba mayores sensaciones del motor de 500 cc de la máquina italiana: "Sinceramente, esperaba una potencia más brutal, seguramente porque no la he subido bien de vueltas. Pero ha sido bonito volver un poco a la infancia", subrayó Jorge.
Colocando en un extremo de la balanza una MotoGP y en el otro la Cagiva, para Lorenzo "una MotoGP actual da miedo, si una persona normal prueba una MotoGP, le dará mucho miedo. En esta moto, sin embargo, se tarda una hora hasta llegar a las vueltas correctas", bromeó el embajador de Vmoto, que comparó la sensibilidad de esta Cagiva con las Derbi y Aprilia de dos tiempos que pilotó en sus primeros años en el Mundial de Motociclismo.
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Te dejamos con un vídeo donde puedes ver a Jorge Lorenzo probando esta máquina que forma parte de la historia del Mundial de 500: