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Augusto Fernández está a punto de convertirse en una nueva víctima de la voracidad del Mundial de MotoGP. El piloto de 26 años se encuentra en estos momentos sin equipo para 2025, y salvo milagro o acuerdo de última hora con PRAMAC y Yamaha, el que fuera campeón del mundo de Moto2 hace solo dos años deberá despedirse de su breve andadura en MotoGP y buscarse un futuro en otro paddock, posiblemente el del Mundial de Superbikes.
Con solo 15 puntos sumados en la primera mitad de la temporada, la llegada de Pedro Acosta al equipo GASGAS tampoco le ha puesto las cosas fáciles al madrileño; su vecino de garaje se ha apuntado 110 puntos en este mismo periodo, demostrando así la competitividad de una RC16 que no termina de funcionar en manos de Augusto, ciertamente incómodo con la situación que vive dentro de su box.
Fernández ha ofrecido una extensa entrevista al portal alemán Speedweek.com en la que relata el calvario que está sufriendo este año; Augusto admite estar "en una situación difícil", aunque lo peor fue a principio de temporada: "Fue más duro, fue un duro golpe, pero ahora me estoy haciendo más fuerte para afrontar el resto de la temporada", cuenta un Augusto que necesita aprovechar las próximas carreras "para asegurarse un futuro" a pesar de que sigue "sin encontrarse bien" sobre la KTM.
Después de un 2023 en el que vimos algún destello del mejor Augusto Fernández -en Le Mans se quedó a las puertas del podio-, el piloto español confiaba en dar un paso adelante este año, un progreso que finalmente no ha llegado y que ha acabado forzando su salida del equipo Tech 3 a final de la presente campaña.
Según Augusto, las conversaciones con KTM para seguir dentro de su estructura "estuvieron abiertas hasta Mugello", y un día antes de que Tech 3 anunciara la llegada de Maverick Viñales y Enea Bastianini al equipo francés, el piloto madrileño se enteró de que su continuidad en el Tech 3 estaba finiquitada: "El día antes de hacer el anuncio llamaron a mi padre y se lo contaron".
Durante su entrevista con Speedweek, Augusto intenta ser políticamente correcto sobre el trato que ha recibido del Tech 3 y de KTM durante los dos últimos años; reconoce que, por parte de la escudería de Hervé Poncharal, "lo dieron todo, simplemente no nos entendimos", insistiendo en que "no puede quejarse" del apoyo que ha recibido por parte de la escudería gala para mejorar sus resultados.
En lo que sí incide Augusto es en una aparente falta de conexión con la persona que se sienta a su lado dentro del box, su jefe técnico, Alex Merhand, un profesional que previamente trabajó con Remy Gardner después de haber sido ingeniero de estrategias dentro de Tech 3 entre 2020 y 2021.
"Todos los pilotos necesitan a su técnico", argumenta el español. "Si te fijas en los mejores pilotos, todos tienen su técnico y lo llevan a todas partes con ellos. Esto es muy importante porque hoy en día en MotoGP todo está muy apretado y cada décima cuenta".
Augusto se remonta al año 2022, cuando se convirtió en campeón del mundo de Moto2 acompañado por Máximo Branchini, con el que entabló una gran relación profesional: "En el Marc VDS no me entendía con la gente y fue un desastre. Y entonces volví a cambiar de equipo, conocí a Máximo Branchini y ¡nos convertimos en campeones del mundo! De un año para otro", exclama el dorsal #37.
Fernández admite tener la sensación de "estar pasando un poco por lo mismo" después de intentarlo todo para progresar, encontrando siempre un muro que le impide ir hacia delante: "Lo intento todo, probamos cosas diferentes, pero en el fondo es una cuestión de detalles. En MotoGP si estás ocho décimas por detrás, no eres nadie. Medio segundo te deja fuera del top 10, y entonces no eres nadie. Hay muchos detalles a considerar, y no lo hacemos bien", subraya Augusto.
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El piloto español no dudó en transmitirle esta falta de conexión con su equipo técnico al grueso de KTM; asegura que en Mattighofen "son conscientes de esta falta de entendimiento, pero antes de que pudiera tomar cartas en el asunto, me despidieron", así que la situación de Augusto no cambiará hasta final de año, y deberá acometer esta segunda parte de la temporada con el mismo equipo humano a su alrededor.