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Al igual que su hermano, Aleix Espargaró dejará a un lado su faceta de piloto en activo para ser probador la próxima temporada. A sus 34 años, el catalán ha decidido poner un punto y seguido en su carrera profesional para dedicarle más tiempo a su familia, a su creciente negocio en el mundo de la restauración y, de paso, seguir vinculado al Mundial de Motociclismo trabajando para una marcha histórica del calibre de Honda.
Aleix aterrizará en la fábrica japonesa en sus horas más bajas, con todos sus pilotos lejos de las posiciones de cabeza; para el catalán, hacer de la RC213V una moto competitiva es un reto personal, y pondrá todo lo que está en su mano para que Honda recupere sus años de gloria, aquellos en los que Marc Márquez era el único piloto del ejército HRC capaz de conseguir buenos resultados sobre este prototipos.
El mayor de los Espargaró dejará a un lado la filosofía europea de Aprilia para embarcarse en un proyecto donde predomina la seriedad y la inmovilidad típica de la mentalidad japonesa, un método que podría frenar el ímpetu de Aleix a la hora de realizar cambios en el desarrollo de la RC213V según el punto de vista de Ramón Forcada, un técnico que sabe perfectamente cómo se las gastan los japoneses a la hora de trabajar en MotoGP.
Forcada ha participado en la última entrega del programa Dura la Vita producido por Jorge Lorenzo, un espacio en el que el técnico catalán alerta de los riesgos que corre Aleix al haber fichado por una fábrica cuya filosofía es radicalmente opuesta al clima que Espargaró ha vivido en Aprilia desde su llegada a la fábrica de Noale.
"El que veo peligroso que se queme en dos días es Aleix si no le hacen caso", es el aviso que lanza Ramón. "Esto yo lo he vivido con 'Dovi' en Yamaha. Tener un tío bueno técnicamente, con información y que no le hagan caso, se frustra en dos carreras. Si Aleix llega de probador y dice 'oye, esto allí se hacía así y esto así', y no le hacen caso, que son capaces, porque los japoneses son imprevisibles, en tres entrenos se va para casa", vaticina Forcada.
Aunque la situación de Dovizioso y Aleix no es la misma -el italiano todavía estaba corriendo para el equipo RNF Yamaha cuando se hartó de su situación-, Forcada cree que Espargaró podría vivir una situación parecida a la que tuvo que soportar el de Forli, un piloto que directamente dimitió de sus funciones antes de acabar la temporada 2022, cediéndole su asiento al probador de Yamaha, Cal Crutchlow, al sentirse claramente ignorado por Yamaha en sus indicaciones sobre cómo mejorar la YZR-M1.
"'Dovi' no tenía la presión de las carreras, sabía que ya no iba a ganar", cuenta Forcada. "Él mismo decía que su época ya había pasado. Hablando con él, fue muy claro, él decía 'yo no voy a ganar porque mi época ya ha pasado, hay unos tipos más jóvenes y más rápidos'. No se divertía porque acababa el 15º, y tampoco le escuchaban, y dijo '¿para qué voy a seguir?'", relata el técnico de Moià.
El argumento usado por Forcada recuerda, y mucho, a las palabras que utilizó Casey Stoner para explicar su salida de Honda, fábrica para la que trabajó como probador durante un par de temporadas hasta que el australiano se cansó de ser ignorado por parte de HRC, fichando entonces por Ducati para contribuir al desarrollo de la Desmosedici.
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"Esta es la razón principal por la que yo mismo dejé Honda", expresó Stoner hace años, cuando le preguntaron por su salida de HRC tras dos años desarrollando la RC213V. "Habíamos llegado a un punto en el que el equipo de Marc (Márquez) empezó a distanciarse de mis indicaciones. Intenté advertirles, diciéndoles que si seguían solo la evolución de Marc, él habría sido el único capaz de correr con esa moto, y los accidentes serían frecuentes. Y tenía razón, como lo demuestran los resultados de 2015, pero no quisieron escucharme y decidieron despedirme", subrayó el bicampeón de MotoGP australiano.