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Los muros de la muerte o ‘death walls’ son una atracción vintage. Un desafío a las leyes de la gravedad que suponen un auténtico peligro… Pero son divertidos para el espectador, y ahí radica el problema: que hay locos dispuestos a todo por unas cuantas de miles de visitas. Como hoy, Furze. Este es el mismo hombre que creó una moto con un horno de pizza móvil.
Para aquellos que no lo sepan, un muro de la muerte es esencialmente un cilindro gigante de madera, cuyo diámetro suele oscilar entre 6 y 12 metros. Las paredes de este cilindro están construidas con tablones de madera que crean una superficie vertical sobre la que los motociclistas realizan sus impresionantes acrobacias. Los pilotos comienzan su recorrido en la base del cilindro y, a medida que aumentan la velocidad, la fuerza centrífuga los empuja hacia arriba, permitiéndoles circular horizontalmente a lo largo de las paredes del cilindro.
Lo habitual es hacerlo con motos, pero al protagonista de hoy le pareció mucho más divertido hacerlo con un trike casero. Un triciclo preparado para derrapar en las paredes del muro de la muerte… Pero claro, primero necesitaba un muro en sí. A lo largo de media hora de vídeo no solo se pone manos a la obra, sino que lo termina construyendo él solo. Y contra todo pronóstico, lo consigue.
Y por supuesto se hizo con su propio triciclo hecho con partes recicladas de una moto, unas ruedas de kart y un asiento. Soldó todo y creó una bestia preparada para dar vueltas en círculo. ¿Divertido? Sí. ¿Peligroso? También, y no poco precisamente. De hecho, en un determinado momento se lesiona el pie y en los últimos minutos del vídeo tiene que apoyarse con la ayuda de unas muletas para poder caminar.
Eso no le impide a nuestro protagonista subirse de nuevo al triciclo (o trike) para volver a darle caña al círculo de la muerte. Empezó a cogerle la técnica adecuada y cada vez rodaba más y mejor. Y más y mejor… Y más y mejor… Hasta que lo clavó. Sonrisa en la cara, pero pie fracturado.
A modo de contexto, esta no es la locura más absoluta que ha protagonizado Furze, ni mucho menos. Aunque acaba con el pie lesionado, este hombre construyó un agujero a muchos metros y se metió dentro; creó su propio garaje secreto debajo de casa o creó un horno de pizza móvil encima de una moto. Barrabasadas de lo más surrealistas que a veces acaban bien y a veces no.
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Aquí te dejamos con el vídeo en cuestión. Eso sí, no te recomendamos hacerlo en casa: