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Luca Marini es, hasta la fecha, el único piloto Honda que todavía no ha estrenado su casillero de puntos esta temporada. Después de la disputa de los dos primeros grandes premios de 2024, el de Urbino cuenta con un 17º puesto en la carrera de Portimao como mejor resultado, nada que ver con el gran rendimiento exhibido por el hermano de Valentino Rossi durante su última campaña con Ducati.
Por fortuna, el dorsal #10 se está tomando este viacrucis con calma y sin perder la paciencia. Consciente de dónde se metía antes de plasmar la firma en el contrato que le ofreció Alberto Puig, Marini no pierde la fe y está convencido de que, con trabajo y esfuerzo, puede hacer de la Honda una moto rápida, algo que posiblemente no veremos este año a menos que las concesiones aceleren el desarrollo de la RC213V, la moto menos competitiva de la actual parrilla de MotoGP.
Si hay un factor que quizás juega en contra de Luca a la hora de avanzar en su adaptación a la Honda, es su cuerpo. El prototipo tokiota siempre ha sido de los más compactos en cuanto a dimensiones de toda la parrilla, y aunque la moto de 2024 es sensiblemente más amplia y agradecida para el piloto, Luca todavía no se encuentra igual de cómodo que en su antigua Ducati, una moto muy diferente la RC213V tal y como también ha podido atestiguar Marc Márquez, en su caso a la inversa.
En Portimao, tras cerrar un fin de semana que, visto desde fuera, se puede interpretar como un pésimo resultado -Luca acabó 18º en la Sprint y 17º el domingo-, el de Urbino vio cosas "positivas" en su progreso a lo largo del Gran Premio de Portugal, consciente de que este sufrimiento "es parte del proceso" y que tarde o temprano llegarán vientos más favorables a su escudería.
Con su 1'84 de altura, Marini es el piloto más alto entre los 22 hombres que forman la parrilla de MotoGP. Su peso, 69 kilos, no es el más elevado -Augusto Fernández, por ejemplo, pesa 72 kilos-, pero su corpulencia y su altura poco tienen que ver con la de su vecino de box, un Joan Mir sensiblemente más bajo y ligero que, de momento, ya ha cosechado siete puntos más que el italiano.
A este respecto, Luca ha asegurado que él, por su parte, ha hecho "todo lo posible para pesar menos", incluyendo una dieta estricta durante este último invierno para afinar todavía más un cuerpo que difícilmente puede pesar menos con su 1,84 metros de altura.
"Menos es imposible para mí", argumenta el hermano de Rossi, que se toma la situación a broma: "A menos que me corte una pierna, y no me gustaría hacerlo, porque me veo muy bien en el día a día. Me gusta ser más alto que los demás", valoró el piloto de 26 años con una sonrisa en el rostro.
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Y sin salirse de su mantra habitual, Luca abogó por "encontrar una base que funcione para mí", algo que el italiano sigue buscando sin éxito desde que se subió a la Honda el pasado mes de noviembre en Valencia: "Solo necesitamos tiempo para hacerlo, pero creo que vamos por el buen camino", espeta el dorsal #10.