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Ir vestido con un traje fluorescente y un casco dorado no parece la mejor combinación a la hora de pasar desapercibido, especialmente si eres un motorista poco respetuoso con la leyes de tráfico que circula habitualmente sin matrícula para poder campar a tus anchas por las carreteras.
Kieran Jones, un joven británico de 24 años, pensaba que retirando la matrícula de su Yamaha MT-07 escaparía con éxito de un radar de tráfico que hay ubicado entre su domicilio y su lugar de trabajo, pero con lo que no contaba este motorista es con la insistencia de la policía para dar con su paradero con el fin de detenerle y retirarle el carnet.
La historia tiene lugar en Sussex, un condado ubicado al sur de Inglaterra; la policía local tenía constancia de la presencia de un motorista que había hecho saltar una cámara de control de velocidad hasta en ocho ocasiones en cuestión de seis meses, siempre con la matrícula oculta y alcanzando velocidades de hasta 130 km/h en una zona residencial limitada a 50 km/h. Otra cámara de tráfico también había captado a este mismo motorista adelantando en zonas de línea continua.
Al no contar con placa de matrícula en la motocicleta, la policía se fijó en la singular vestimenta del motorista, empezando por su casco, totalmente dorado y fácilmente identificable. Además, el joven Jones portaba a diario su uniforme de trabajo como jardinero, de un llamativo amarillo flúor, por lo que su identificación acabó siendo la mar de sencilla.
Tras un operativo que incluía un helicóptero y tres vehículos policiales sin distintivos, la policía de Sussex solo tuvo que esperar a la hora habitual de salida del trabajo de Kieran Jones -siempre le cazaba el radar a la misma hora- para seguirle hasta la misma puerta de su domicilio y allí, mientras esperaba a que se abriera la puerta automática, fue detenido por un agente de la ley.
Jones fue juzgado el pasado 11 de marzo, y ante el juez confesó haber conducido su Yamaha de forma peligrosa, sin matrícula y adelantando de forma indebida con frecuencia, aceptando los ocho cargos por exceso de velocidad. Al ser su primer delito, Jones no irá a la cárcel, pero tendrá que cumplir a cambio con un total de 225 horas de trabajo social no remuneradas, y además no podrá conducir ningún vehículo durante los tres próximos años. La policía de Sussex también le obligará a completar un curso de rehabilitación de tráfico de 18 sesiones para poder recuperar su carnet de conducir.
Un portavoz policial dijo tras el juicio que "la conducción de Jones fue muy imprudente, conducía a velocidades extremadamente excesivas mientras ocultaba su placa de matrícula para evitar ser detectado. Los agentes estaban decididos a atraparlo debido al riesgo que representaba para otros usuarios de la vía y, por supuesto, para él mismo".
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La policía de Sussex ha publicado el siguiente vídeo sobre la detención de Kieran Jones: