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En MotoGP hay cientos de batallas ocultas que nadie conoce, y que algunos, de vez en cuando, deciden dar a conocer. Una de las batallas más duras, sea para quien sea, es la del cáncer. Alguien que conoce muy bien esa dichosa enfermedad es Jake Dixon, el británico que ahora corre en Moto2 para el CFMoto Aspar Racing Team.
Las cosas no empezaron bien para él, ni fueron fáciles. Antes de saltar a MotoGP, Dixon estuvo corriendo en el British Superbikes, también en el WorldSBK como piloto de reserva para Kawasaki, e incluso hizo una aparición estelar en MotoGP.
Ahora, con motivo de un programa emitido por TNT Sport, Jake cuenta la historia de cómo su mujer fue diagnosticada con un cáncer, que afortunadamente acabó superando. Mientras, él seguía compitiendo: “Llegó 2017 y Sarah fue diagnosticada con cáncer. Recuerdo muy bien estar sentado en la habitación y los chicos… [Las lágrimas le interrumpen]… Te dicen que a la persona a la que amas tantísimo tiene cáncer y no sabes si estará bien o no. Solo puedes parecer fuerte para ella, y ella por ti”, comienza narrando el de Kent.
Su mujer Sarah Roberts admite que “nunca esperas algo así” y que “fueron unos momentos muy duros”. A todo esto, Jake dice que seguía compitiendo en las motos: “Mientras tanto yo estaba corriendo en las motos, y solo podía pensar en que debía hacerlo lo mejor que podía, trata de actuar lo más normal que pudiese”. Su cáncer fue diagnosticado después de que su perro le tocara en el pecho y notara un bulto cuando estaba en la cama.
Nothing is off limits and @jakedixonracing does not hold back ❤️
— MotoGP on TNT Sports (@motogpontnt) February 28, 2024
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A pesar de los problemas en casa, Jake consiguió ganar el subcampeonato del BSB aquel año incluso: “Y lo hiciste, porque llegaste incluso a ser segundo aquel año”, le replica su mujer. “Así que, de cualquier manera, me siento agradecida de haber tenido ahí a las motos. Cuando estaba en pleno tratamiento me preocupaba muchísimo cómo le afectaría eso a Jake porque estaba muy preocupado por él”, reconoce.
Jake certifica “lo duro” que fue todo el proceso del cáncer y la recuperación, y que nadie “puede imaginar por todo lo que hemos tenido que pasar”. El ahora piloto de Moto2 corrobora que su mujer “es la persona más valiente y dura que he conocido, cuando pasó por la quimioterapia, perdió el pelo… Es durísimo solo de recordarlo, pero trae muchos recuerdos sobre lo fuerte que es, e incluso en esos momentos, se preocupaba por mí”.
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Afortunadamente Sarah se curó del cáncer, y ambos siguen juntos para contarlo. Mientras tanto, Dixon es una de las promesas de la categoría intermedia del mundial de motociclismo, en el que lleva metido desde 2019 a tiempo completo. La pasada temporada, cuando corría para el equipo de GasGas -ahora CFMoto- terminó 4º, llevándose dos victorias y cinco podios.