 Por John Fernández @johnnyfumi |
Admitámoslo, el viento es una de las incomodidades más grandes que puede sufrir un motorista a la hora de rodar. Puede llegar a ser incluso peligroso. Y la verdad es que nada podemos hacer por evitarlo, aunque en gran medida dependerá del tipo de moto que tengamos, si es carenada o no, de su peso… Pero en general, la conclusión a la que llegamos todos es que es incómodo.
Pues hay una marca que está trabajando, curiosamente, en paliar los efectos del viento encima de una moto. Aunque parece difícil, es Honda la que está desarrollando dos dispositivos de asistencia al conductor, y parecen bastante solventes sobre el pape, porque son unas patentes recientemente registradas, y que nos dejan al descubierto el novedoso sistema.
Los tokiotas han puesto a su inteligencia a trabajar en un sistema que permite contrarrestar el viento lateral y se opone automáticamente al cambio de carril indeseado. Esto último es un efecto bastante común en depende qué zonas, donde el viento sopla mucho y te puede ir desviando la moto a medidas que ruedas.
La patente de la marca del ala dorada tiene un claro protagonista: un dispositivo de dirección asistida instalado en el amortiguador de dirección activo, y otro sistema de dirección automático. Este amortiguador de dirección giratorio se fija a la horquilla y se conecta con un simple brazo. A través de un actuador, este hace una función de empuje basándose en la inteligencia artificial.
Inteligencia artificial materializada a través de una unidad de control electrónica instalada en la moto que va leyendo la carretera, el viento, etcétera. En definitiva, que predice muchos parámetros para hacerse una lectura general de la situación.
Como podemos ver en la imagen de la patente, este ordenador se imagina y divide el carril en pequeños corredores. Si detecta que el viento está empujando la moto y que sobrepasa las líneas, inmediatamente entrará en juego el actuador, interviene para evitar el desplazamiento de carril involuntario. Incluso reconoce la presencia de vehículos cercanos y los límites del arcén. Todo esto lo hace en tiempo real.
Esto último no es algo nuevo. Los radares ya llevan instalados en las motos desde hace varios años; la única diferencia es que ahora se podrá aplicar su uso enfocado hacia otros sistemas.
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Incluso, la moto sería capaz de vibrar para avisar del peligro, aunque eso ya lo debería de estar notando el motorista cuando va encima de la moto y recibe una ráfaga de viento. Lo haría a través de un sistema que hace vibrar los extremos del manillar. Y sí, es lo que estás pensando, porque es exactamente lo mismo que tienen los coches, cuando hacen vibrar el volante para señalar el cambio de carril o la aproximación de otro vehículo.
Ahora veremos si esta idea finalmente llega a producción algún día, o se queda en el cajón de las patentes perdidas, que no son pocas hasta la fecha.
