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Fabio Quartararo se marcha de Sepang con dudas. Los tres días de entrenamientos IRTA de MotoGP que ha completado el francés en Malasia le han servido para sacar en claro una cosa: la nueva M1 es bastante más rápida que la versión anterior, pero todavía no son capaces de aprovechar esa potencia extra por una evidente falta de tracción mecánica que se deja notar especialmente en el time-attack.
Hoy el galo no pudo ir más allá de la 11ª posición en la tabla de tiempos, todavía con ocho décimas de brecha respecto a las motos más rápidas, las Ducati. Si ayer Fabio ya se quejó de lo difícil que le resulta hacer un ataque al crono con la moto de este año, hoy la situación, cuenta, "ha sido más o menos parecido a la del miércoles", sin grandes avances.
"Me he alegrado cuando vi el 1:57.5, pero este es nuestro límite y lo encontramos con bastante facilidad, de hecho hice cuatro vueltas seguidas en 57.5 y 57.6", narraba un Fabio Quartararo que le sigue pidiendo "mejoras" a su fábrica, consciente de que sus ingenieros todavía no han encontrado el origen de sus problemas.
"Sé que necesitamos mejoras, la pregunta es cómo. Cuando giras en 57.5 y ves que bajas al 11º puesto, te empiezan a rondar muchas preguntas en la cabeza. Anoche casi ni dormí pensando en dónde podemos mejorar. Tenemos que encontrar una solución, pero mi trabajo no es identificarla", aclara un Quartararo que el año pasado tampoco brilló especialmente en vuelta rápida.
El francés aprovechó la última jornada de test en Malasia para "darle algunas ideas del equipo" con las que "ver hasta dónde podíamos llegar en el grip, así que les pedí que me pusieran todo el grip posible para ver cómo reaccionaba la moto. Hemos encontrado cosas positivas y otras negativas, pero creo que así podemos entender qué nos falta".
Sobre el nuevo motor desarrollado por el antiguo ingeniero del Mundial de Fórmula 1, Luca Marmorini, el de Niza cuenta que "en el motor hemos dado un paso, la velocidad máxima es mucho mayor, el motor en general es mejor, pero todavía nos cuesta aprovecharlo, porque es muy agresivo en términos de par", destacando que "la moto ha avanzado en aerodinámica y motor, pero necesitamos tiempo para entender cómo funciona el motor nuevo, cómo mejorarlo y qué debemos hacer para encontrar ese agarre mecánico que nos falta desde 2019. Debemos buscar soluciones en la electrónica y el agarre mecánico".
Valorando la situación actual del proyecto Yamaha, Fabio la define como "algo mejor" respecto al año pasado porque, argumenta, "ahora tengo más velocidad máxima y puedo estar más cerca de las motos de delante, así que debería poder luchar más. Pero necesitamos mejorar en clasificación, porque quiero luchar por acabar arriba y no puedo hacerlo en este momento".
Quartararo ya era consciente antes de llegar a Malasia que la M1 2024 que se iba a encontrar no sería algo radicalmente distinto a lo que dejó en Valencia en noviembre: "Yo sabía que no habría una revolución entre noviembre y febrero, pero creo que ahora trabajamos mejor. Estamos lejos, pero en unos meses tendremos una idea más precisa de dónde estamos".
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Yamaha tendrá otra nueva oportunidad de mejorar la moto de Fabio Quartararo y Alex Rins en el próximo test de Losail, el 19 y 20 de febrero, dos jornadas que serán clave para afrontar el inicio de temporada con un mínimo de garantías: "Todavía no sé si tendremos piezas nuevas en Qatar, pero seguro que probaremos algunas ideas nuevas. Hoy nos hemos dedicado a retocar la puesta a punto de la moto tras cada salida, hemos encontrado cosas positivas, otras negativas y varios caminos a seguir. Será bastante fácil para nuestros ingenieros llegar a Qatar con buenas ideas, aunque creo que lo que nos falta va más allá de la puesta a punto", sentencia 'El Diablo'.
