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Uno de los atractivos de la venidera cita de MotoGP en Sepang es la ardiente pelea entre Jorge Martín y Pecco Bagnaia por el título mundial, pero hay otra curiosa y apasionante participación por parte de un español: el wild-card que protagonizará Álvaro Bautista sobre una Ducati tras volver a ser campeón del mundo del WSBK.
La última vez que el piloto talaverano se subió a una MotoGP en carrera fue en 2018, entonces se despedía amargamente, con una caída en el Gran Premio de Valencia pasado por agua, y con un cierto regusto no muy dulce: “Me merezco quedar en MotoGP y que sean otros los que se vayan”, decía el piloto español por aquel entonces.
Quién le diría que cinco años después volvería a subirse a una moto campeona del mundo como adalid de una revolución en el SBK y dos títulos mundiales después. Tampoco llega de nuevas y sin haber vuelto a experimentar el tacto de una MotoGP, porque a principios de verano se subía a la Desmosedici GP23 en Misano, donde completó dos jornadas de entrenamientos privados al manillar de la misma MotoGP con la que Pecco Bagnaia se alzó con el título el año pasado.
Además, juega en un territorio que le gusta: “Sepang es una ventaja para mí”, dijo el talaverano en el pasado test de Jerez, confiando en “tener buenas sensaciones con la moto, trabajar bien durante el fin de semana y divertirme”. Aviso a navegantes, que nadie se haga ilusiones: “No tengo expectativas en cuanto a resultados, iré allí para hacerlo lo mejor que pueda. Quiero disfrutar de la pista, que es preciosa”.
Sobre verse con posibilidades de luchar por el grupo cabecero subido a una moto ganadora del mundial, Bautista ya dice que “firmaría ahora, pero eso no me preocupa”. Consciente de que “el nivel es muy alto”, dice, no sabe “si allí me encontraré en esa situación. Lo importante es no estropear las cosas. Si puedo ganar las dos carreras, gano”, bromeaba Bautista entre risas, que ya avanza que “sin duda será un buen Gran Premio porque están compitiendo por el mundial y estoy feliz de estar presente ese fin de semana”.
El qué podríamos esperar del dos veces campeón del mundo de SBK es toda una incógnita. El único precedente que tenemos reciente es el test de Misano, donde pasó dos días. El primero fue una toma de contacto con la MotoGP, una moto muy diferente a la SBK en todos los sentidos.
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El segundo día de test en Misano ya nos sirvió para hacernos la idea: el español dio un total de 50 giros al trazado el primer día, 49 el segundo. Aunque no fue en ningún momento a hacer un ataque el crono, los de Borgo Panigale revelaron que el mejor tiempo del español llegaba el último día, con un 1’32.590 en su cuarta tanda. A modo de referencia, el récord de Misano es de 1’31.065 (Pecco Bagnaia, 2021), lo que le habría servido para clasificarse 10º en el GP de San Marino del año pasado.