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Fabio Quartararo está desesperado; llegados a estas alturas de la temporada, la Yamaha M1 es completamente indomable para el campeón del mundo del 2021, y sus declaraciones no dejan más que patente el hastío del piloto hacia la moto japonesa. Su actuación en Phillip Island ha pasado totalmente desapercibida, cruzando la línea de meta en la 14ª posición.
El posible resurgir que se vivió en Mandalika se ha desvanecido este fin de semana en Australia, otra vez. Quartararo era consciente de que en Australia tenía la posibilidad de demostrar su talento, porque es un circuito propicio para ello. Pero la Yamaha le ha devuelto el revés en forma de desequilibrio.
Quartararo está cansado. Sus declaraciones apuntan a un desequilibrio general en la M1, y ya no solo en rectas, sino también en curvas, uno de los puntos fuertes de la moto de Iwata. Parece que en el box han sacrificado otras prestaciones para intentar perseguir al resto de pilotos, pero es que ahora ya no funciona nada.
“Tuve muchos problemas, sufrí demasiado en las primeras vueltas en comparación con los demás. Mi ritmo no era muy bueno, somos demasiado lentos para luchar contra los demás”, espetaba el galo al término de la carrera.
Su análisis general es que “no hay puntos positivos este fin de semana, yo no encuentro ninguno”. Quartararo confiesa que se ve como “un piloto que intenta adaptarse a la moto, pero este fin de semana las cosas fueron tan mal que tuvimos que hacer algo nuevo en pista porque en moto lo intentamos todo”. Dice que en la carrera al sprint para el sábado, incluso, “intentaremos otras cosas bastante extremas, ya veremos”.
Sin duda que la crítica más directa es la que ha soltado, refiriéndose a que Yamaha “necesita 15 inviernos para estar al mismo nivel que el resto de rivales”. El galo puntualiza que “tenemos que pensar como ellos para poder acercarnos, que es nuestro objetivo desde hace varios años”, y analiza que “el problema es que en los últimos años quizá hayamos ganado algo, pero hemos perdido en otras áreas”.
La parte positiva se la lleva “el chasis del año pasado, que era mágico, podías hacer lo que quisieras con la moto, que era lenta, pero tomaba las curvas increíblemente bien. Ahora sigue siendo lenta, pero además ya no gira en las curvas como antes”, denuncia.
También es consciente de que “hemos dado algunos pasos adelante con el motor, pero los demás también, así que la diferencia es la misma, y es que los demás también han avanzado en chasis y aerodinámica”. Por eso, se marca el “objetivo número 1 de reducir la diferencia con los demás”.
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2024 no pinta muy bien para él: “Si tengo que ser realista, ya sé que en 2024 no tendremos ninguna posibilidad de luchar por el mundial. Si quiero, al menos, tener la oportunidad de luchar por algún podio y victorias, creo que tenemos que dar ese paso”.