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 Redacción @todocircuitoweb |
Había ganas de verle por fin en un Gran Premio listo para correr. Álex Rins ha recibido esta mañana el OK de los médicos del campeonato para participar este fin de semana en el Gran Premio de Japón, un regreso que se produce casi cuatro meses después de la grave lesión que el barcelonés sufrió durante el Gran Premio de Italia, donde se rompió la tibia y el peroné de la pierna derecha, además de marcharse con daños en los ligamentos del tobillo.
En un principio, los médicos habían fijado la próxima cita de Indonesia (14 y 15 de octubre) como fecha de vuelta para el #42, pero Rins ha optado por adelantar su reincorporación al campeonato en la cita de casa de su fábrica, Honda, donde probará el estado de su pierna derecha ante la presencia de Stefan Bradl, listo para sustituirle si en algún momento no puede seguir adelante.
"Ha sido un poco caótico porque después de la revisión médica de Madrid estábamos intentando organizarlo todo para llegar lo antes posible", ha dicho este jueves Rins en la rueda de prensa oficial del Gran Premio de Japón. "Sinceramente, estoy contento con la evolución porque la radiografía, la última comparada con la de hace un mes, la diferencia es enorme", ha explicado el #42, que viajó a Madrid el martes para visitar a sus médicos en la Clínica Quirón, subiéndose a un avión rumbo a Japón horas después.
El piloto del LCR Honda Team advierte de que "todavía no estoy al 100%, no estoy totalmente recuperado, pero vamos paso a paso. El objetivo ahora es probar la moto de MotoGP. Hace ya un mes que no pruebo ninguna moto. Vamos a ver cómo me va sobre la moto y todas estas cosas. Estoy contento de estar aquí, ¡acabo de aterrizar en Tokio a las 6 de la mañana!", decía un Rins con el rostro visiblemente cansado.
Casi cuatro meses después de su grave lesión, Rins ya puede hacer vida prácticamente normal; sin embargo, pilotar una MotoGP es otra cosa muy diferente, por eso quiere empezar con cautela el Gran Premio de Japón: "En casa, puedo caminar más o menos con normalidad. Pero cuando estás a 300 kilómetros por hora, es muy diferente. Probé en Aragón (con una CBR 1000 RR-R) y era súper doloroso en los cambios de dirección, en las curvas de derechas, pero es cierto que Aragón era demasiado agresivo, así que no sé. Fue hace un mes, así que ya veremos. Esto es un paso adelante en mi rehabilitación. Es muy difícil comparar las sensaciones con una moto de calle a una de MotoGP".
"La primera vez que me subí a la moto era una moto muy pequeña y el dolor era terrible", recuerda ahora evocando las tandas que completó en un circuito de karting con una Ohvale. "No podía dar más de 10 vueltas a una pista de karting. Esperé e hice 20 vueltas con una moto de calle. Fue doloroso, pero mucho menos que con la moto pequeña. Ahora estamos en la fase de quemar etapas".
A la pregunta de por qué ha decidido volver en Japón y no alargar el plazo de rehabilitación, el piloto español ha explicado que "quiere tener una respuesta de mi pierna. Esta es exactamente la pregunta que me hicieron los médicos, ¿por qué quiero volver tan pronto? Y yo dije que básicamente si ahora podemos ver una diferencia, entonces quiero verlo, quiero probarlo. Quiero ver la diferencia entre subirme hace un mes sobre una moto de 250 kilos y ahora con una de 150 kilos, más potente y más rígida. Quiero tener feedback, porque ya llevo algunas semanas entrenando en el gimnasio de manera normal, pero no puedo probar una moto de MotoGP en casa".
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De cara al viernes, Rins se tomará la jornada "como un día de test", recordando que "hace mucho tiempo que no me subo a una MotoGP, así que vamos a ver cómo va por la mañana, y luego decidiremos si continúo o no. El viaje hasta aquí ha sido muy largo, 16 horas en avión, y quizás mañana me pase factura. Si me duele mucho, no tiene sentido seguir pilotando", matizaba un Álex Rins que, de momento, no sabe si podrá aguantar hasta el domingo.
