 Redacción @todocircuitoweb |
Ya sabemos que en Estados Unidos las fuerzas del orden público no se andan con la más mínima tontería. Buena prueba de ello es la última persecución grabada desde la ‘dashcam’ de un patrullero de tráfico en Georgia. 10 minutos de pura emoción en la que persiguen a traficante de metanfetamina armado sobre una Suzuki Hayabusa, el halcón milenario japonés.
Parece la sinopsis de una película, pero ha pasado en el estado de Georgia. La publicación ha salido a la luz ahora, pero la persecución se remonta al verano de 2021, cerca de las 2 de la tarde. Un agente de policía caza al sospechoso conducir la Hayabusa plateada con una calcomanía de una calavera superando en 32 km/h el límite de velocidad establecido.
El agente prende las sirenas con el fin de darle el alto. Cargado hasta las trancas de droga, una pistola y más de mil dólares, el narcotraficante decide que no era el momento de detenerse, así que le hace un gesto al agente y emprende la marcha. “Aumentó la velocidad hasta más de 230 km/h durante más de 30 kilómetros”, apostillaba el informe policial.
Tuvieron que pedir refuerzos para intentar dar caza al narcotraficante en moto. Hicieron numerosas técnicas para intentar detenerlo, pero sin demasiado éxito. Hasta que en uno de los intentos el motorista los agentes lo acorralan entre los vehículos patrulla y el hombre perdió el control de la moto, cayendo al suelo en uno de los carriles.
La moto termina humeando tras el fortísimo golpe a alta velocidad, y Hall (el sujeto) en el suelo, necesitado de asistencia médica. Es entonces cuando le cachearon y encontraron en su poder una pistola semiautomática cargada del calibre 9 mm, 829 gramos de metanfetamina, una pequeña cantidad de heroína, una balanza digital con residuos de polvo blanco y 1.610 dólares en efectivo.
No era la primera vez que la policía pillaba a Hall, sino que ya había sido condenado anteriormente por varios delitos graves, entre ellos robo con allanamiento de morada, posesión de estupefacientes con intención de distribuir sustancias controladas y dar un nombre falso a las fuerzas del orden. Es ilegal que un delincuente convicto posea un arma de fuego, apostilla el informe policial.
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Pues ahora el delincuente de la Hayabusa pasará unos cuantos años entre rejas, mientras que la moto quedó totalmente desguazada. Aquí puedes ver el vídeo de la acción en cuestión:
