 Redacción @todocircuitoweb |
KTM vivió un fin de semana mágico en Jerez, y no sólo por ver el excelente rendimiento que exhibió Dani Pedrosa en su regreso puntual a las carreras. La fábrica austriaca cosechó la friolera de cuatro podios en las dos carreras del fin de semana andaluz, y vio a Brad Binder firmar su segunda victoria de la temporada en una Sprint Race, un resultado que, sumado a su segundo puesto del domingo, situó al sudafricano en la tercera posición de la general del campeonato, a 25 puntos del líder Pecco Bagnaia.
Binder no fue el único representante de la marca naranja que brilló con luz propia en Jerez; su nuevo compañero de filas, Jack Miller, también saboreó por primera vez el sabor del Prosecco vestido con los colores de KTM, y lo hizo tanto el sábado como el domingo, firmando dos terceros puestos que inyectan la moral del piloto de Townsville, convencido del potencial ganador de este proyecto.
El australiano dijo al término del Gran Premio de España que todos los pilotos del grupo de cabeza habían hecho "una carrera fantástica", un gran premio "largo y agotador" para un Miller que no pudo ser todo lo agresivo que él quería en la parte final de la carrera por culpa de los neumáticos: "Tuve que gestionar las gomas", dijo para justificar su tercera posición el domingo.
El piloto de 28 años no dudó en tirarle flores a su vecino de box, Brad Binder, con el que mantuvo dos preciosas batallas tanto en la Sprint del sábado como en la carrera del domingo, dos enfrentamientos en los que siempre salió victorioso el dorsal #33: "Brad ha estado fenomenal, es una lástima que después de haber liderado tantas vueltas no lograra ganar, es duro, ha pilotado de un modo impresionante", dijo Miller en referencia a la victoria de Pecco Bagnaia tras aguantar los envites de Binder.
Cuando Miller decidió aceptar la oferta de KTM, muchos pusieron en duda su capacidad para ser competitivo sobre la RC16, un prototipo que quizás no ofreció su mejor versión en 2022; este año, sin embargo, en Mattighofen parecen haber aprendido de los errores del curso pasado, y entre el incansable trabajo de desarrollo de Dani Pedrosa y la llegada de nuevos técnicos a su staff -incluyendo a varios ingenieros de Ducati-, es evidente que el proyecto de KTM en MotoGP ha dado un nuevo paso adelante en estas primeras carreras.
Jack Miller afirma "estar pasándolo en grande" en esta nueva aventura profesional que arrancó el pasado 1 de enero, e insiste en que "me encanta esto, sinceramente, me encanta. Muchos en este campeonato se sientan y se quejan de la moto que llevan y de que otras motos son mejores. Si realmente lo quieres, ve y hazlo. No es difícil", espeta el #43.
El australiano hace referencia a su pasado más inmediato en Ducati, donde dice que "no se sentía cómodo" y que, por eso, "no quería quedarme donde estaba. Quería un nuevo reto. Se llama arriesgarse, la gente de negocios lo hace todo el tiempo", expone un Miller que, de momento, parece haber acertado con su decisión.
Cambiar de fábrica en MotoGP siempre es un riesgo; pilotos como Pol Espargaró, Valentino Rossi o Jorge Lorenzo ya sufrieron en el pasado tras abandonar una moto que conocían para apostar por otro prototipo, una situación que Miller tenía muy presente cuando dejó Ducati.
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El de Townsville no esconde que una decisión como la suya "puede volverse en tu contra, pero confío lo suficiente en mí mismo y en mi capacidad, en la gente que me rodea", y tiró de su habitual ironía: "Gracias a la gente que duda de nosotros, me encanta. Estar de nuevo aquí en el podio, no sólo yo, sino tener las dos motos en el podio después de que tantos pilotos el año pasado estuvieran sentados allí quejándose de lo mala que era esta moto. ¡Ja! Mira dónde está ahora", manifestó Miller, un dardo lanzado hacia aquellos pilotos que, en 2022, tanto criticaron a la KTM RC16.
