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La Vespa es una de las motocicletas más famosas y emblemáticas del mundo, con una larga trayectoria que se remonta a 1946, cuando la empresa italiana Piaggio lanzó al mercado este modelo de scooter con el motor en la parte trasera, el chasis de acero y el diseño elegante y funcional. Desde entonces, la Vespa ha sido protagonista de numerosas historias, películas, canciones y eventos culturales, convirtiéndose en un símbolo de libertad, movilidad y estilo.
Pero lo que quizás no sepas es que la Vespa también tuvo una faceta militar, y no precisamente pacífica. Se trata de la Vespa 150 TAP, una versión modificada de la motoneta para ser usada por los paracaidistas franceses (Troupes Aéro Portées, o TAP) en los años 50.
Esta singular Vespa estaba equipada con un cañón sin retroceso M20 de 75 mm, capaz de perforar 100 mm de blindaje con su proyectil HEAT (High Explosive Anti-Tank). Por eso, los soldados le pusieron el apodo de "Vespa bazooka".
¿Cómo surgió esta extraña combinación de vehículo civil y arma militar? La respuesta hay que buscarla en el contexto histórico de la época. Tras la Segunda Guerra Mundial, Francia se vio envuelta en varios conflictos coloniales, especialmente en Indochina y Argelia. En estos escenarios, el ejército francés necesitaba un medio de transporte ligero, rápido y barato para sus tropas aerotransportadas, que pudiera ser lanzado en paracaídas desde aviones o helicópteros y que les permitiera realizar ataques sorpresa contra los vehículos enemigos.
La solución fue encargar a la empresa ACMA (Ateliers de Construction de Motocycles et Automobiles), que era la licenciataria de Piaggio en Francia, la fabricación de una Vespa adaptada a las necesidades militares. Así nació la Vespa 150 TAP, que se basaba en el modelo civil VB1T, con un motor monocilíndrico de dos tiempos y 146 cc, que le daba una velocidad máxima de 60 km/h y una autonomía de 200 km.
El chasis se reforzó para soportar el peso y el retroceso del cañón M20, que se montaba sobre el manillar mediante un soporte especial. El cañón tenía un peso de 56 kg y podía disparar proyectiles explosivos, incendiarios o de humo a una distancia máxima de 1.800 metros.
El procedimiento habitual era lanzar dos Vespas 150 TAP en paracaídas junto con un equipo de dos hombres. Una Vespa llevaba el cañón y la otra la munición (seis proyectiles). Al llegar al suelo, los soldados desmontaban el cañón y lo colocaban sobre un trípode, que también se transportaba en la moto. Desde ahí podían apuntar y disparar al objetivo deseado. La Vespa servía entonces como medio de transporte para desplazarse por el terreno o huir si era necesario.
Entre 1956 y 1959 se produjeron unas 600 unidades de la Vespa 150 TAP, que fueron utilizadas principalmente en la Guerra de Argelia. Sin embargo, su eficacia fue limitada, ya que el cañón tenía una precisión muy baja y carecía de sistemas de puntería adecuados. Además, el ruido del disparo alertaba al enemigo y exponía a los soldados al fuego contrario. Por otro lado, el cañón era demasiado grande para la moto y dificultaba su manejo y estabilidad.
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La mayoría de las Vespas 150 TAP fueron destruidas o abandonadas al finalizar los conflictos bélicos. Solo unas pocas se conservan en museos o colecciones privadas. En el siguiente vídeo puedes ver una unidad en funcionamiento: