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El -para algunos- desmesurado crecimiento del calendario del Mundial de Motociclismo ha obligado a Dorna a reducir el número de días de test privados que pueden realizar las cinco fábricas inscritas en la categoría reina de MotoGP. Con un 2023 en el que se plantean 21 grandes premios y hasta 42 carreras con la llegada de la Sprint MotoGP, las marcas tendrán ahora menos recursos para trabajar en sus motos de cara al próximo año, y eso se verá reflejado en su libertad de elección de circuitos y, además, en el número de neumáticos que podrán emplear en estas pruebas.
De entrada, los 22 pilotos que este año participan de forma permanente en el Mundial de MotoGP sólo podrán participar en dos jornadas de entrenamientos privados entre las citas de Portimao y Valencia: el 2 de mayo en Jerez y el 11 de septiembre en Misano, ambos test posteriores a sus respectivos grandes premios. Fuera de esas fechas, sólo los probadores asignados por cada fábrica podrán entrenar con una MotoGP bajo una serie de condiciones.
La primera corresponde a una decisión que cada fabricante tomó al cierre del curso pasado: elegir tres circuitos para llevar a cabo sus entrenos privados. Estas pistas pueden ser ajenas al calendario mundialista, pero deben contar con un grado de homologación FIM que permita a esa pista acoger test de motos de gran premio.
Para 2023, las fábricas que compiten en MotoGP han elegido los siguientes circuitos:
DUCATI: Jerez, Misano, Mugello
YAMAHA: Jerez, Mugello, Motegi
APRILIA: Jerez, Misano, Valencia
KTM: Jerez, Misano, Valencia
HONDA: Jerez, Misano, Motegi
La elección de Jerez y Misano es obvia; las marcas quieren aprovechar la celebración de las dos jornadas de test oficial IRTA para empalmar sus propios entrenos privados y, de este modo, ahorrar costes de logística y transporte. Después, cada fábrica selecciona su tercer circuito de acuerdo a criterios propios: por ejemplo, Aprilia y KTM han marcado Valencia, posiblemente para preparar bien la última cita del año, muchas veces decisiva de cara a la clasificación final del mundial.
Honda y Yamaha, por su parte, probarán también en Motegi, una elección lógico, teniendo en cuenta que ambos fabricantes cuentan con un segundo equipo de pruebas establecido en Japón; Ducati es la única que ha marcado Mugello como su tercer circuito, en su caso para que Michele Pirro le adelante todo el trabajo posible a los pilotos de Borgo Panigale en su carrera de casa, la más importante para Ducati de todo el calendario.
Las fábricas no tienen un límite de días para llevar a cabo estos entrenamientos privados, aunque sí deben cumplir con dos condiciones. La primera: no podrán entrenar en una pista que vaya a acoger un gran premio dos semanas antes de la celebración de la carrera; y la segunda, más que una condición, es un límite: los 200 neumáticos que Michelin entrega a cada fabricante para llevar a cabo este tipo de sesiones privadas, una cifra que se ha reducido respecto a 2022, cuando el fabricante francés asignó 240 neumáticos a cada equipo de pruebas.
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Para poner en perspectiva esta cifra, tenemos el ejemplo del test IRTA de Sepang, donde cada piloto recibe 20 neumáticos slicks (10 delanteros y 10 traseros) para completar las tres jornadas de entrenos oficiales de Malasia, una asignación a la que este año se han sumado dos neumáticos más de tipo experimental para aquellos pilotos dispuestos a probarlos y trasladarle sus conclusiones a Michelin.