 Por John Fernández @johnnyfumi |
Jack Miller afronta 2023 con un cambio sustancial de moto: de la Desmosedici italiana a la RC16 austriaca. Muchas son las cosas que cambian de una moto a otra, especialmente cuando hablamos de que la Ducati fue la ganadora del mundial en 2022. KTM tampoco lo hizo nada mal; las dos motos han pasado de ser ingobernables por pilotos a marcarse podios y victorias.
El australiano indagó sobre el potencial de la máquina austriaca en Cheste, donde en un solo día, dice ahora a Crash.net, la moto le “enseñó mucho” y le ayudó a “entender más de lo que pensaba”. Su adaptación fue especialmente fácil, y se marchó de allí con una sonrisa de oreja a oreja tras la primera toma de contacto. "Fue un buen día, me dejó intrigado, pero contento", dijo al bajar la persiana en Valencia.
Sabe que la KTM no ha sido históricamente una moto fácil, que “se oyen historias sobre cómo es”, pero que su mentalidad tiene bien claro en que es él quien pilota la moto y no los demás: “No escucho lo que se dice fuera. Necesito conocer la moto por mí mismo, no dejar que algo me moleste e influya en mi decisión o en mis sentimientos”, pero que en general “desde Valencia comprendí que esta moto tiene mucho potencial”.
Dice que afrontó el subirse a la moto con una “mente abierta”, y que le pareció “una moto muy buena” y que incluso le dio tiempo a “jugar mucho con la electrónica intentando entender cómo podemos poner más potencia en el suelo a la salida de las curvas". En Sepang veremos cómo de ciertas son esas sensaciones.
Si algo le sorprendió de la RC16 fue “la consistencia, no fue fácil porque pilotar una MotoGP no es fácil, pero la forma en que estaba configurada la moto era relativamente fácil de pilotar”; la notó una moto que “derrapaba demasiado” y con “muchas limitaciones del control de tracción y anti-wheelie”.
No todo fue bueno, naturalmente. En Valencia los austriacos estuvieron trabajando en el peso y posición sobre la moto, así como en la “aerodinámica, que hemos podido dedicarle un poco de tiempo y las mejoras lleguen a lo largo de la temporada”. Por el momento, solo Sepang les sacará de dudas.
Miller ha entonado el ‘no me echaron, me he ido yo’, diciendo que “dejar a ese equipo (Ducati) esa moto cuando lo hice, fue una decisión mía. Era algo en lo que me sentía cómodo y todavía me siento así”, refleja.
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Ahora en KTM las cosas parecen funcionar de una manera similar, revela Miller: “Creo que la forma en que KTM está trabajando y con la mentalidad abierta que tienen, la fuerza que tienen detrás del proyecto y estas grandes mentes involucradas, no se sabe dónde puede acabar esto. Me siento muy honrado y privilegiado por formar parte de ello y trabajar con esta gran gente”.
