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Aprilia presentaba su proyecto en 2015, abanderando su regreso al mundial con un prototipo 100 % de MotoGP y con un buen historial conseguido con las CRT y las motos que compartían el alma de la RSV-4, además de los logros en Superbikes. Se juntaron con Gresini para encontrar una plaza y dar vida a la moto con Álvaro Bautista y Marco Melandri.
Si bien su experiencia previa en las competiciones inferiores y en el Mundial de Superbikes parecían darles un buen rédito, en MotoGP les costó mucho arrancar el proyecto. No quisieron esperar a 2016 por acortar un año la evolución del prototipo, y debutaron en 2015 en lugar de 2016.
La pasada temporada 2022 consiguieron el objetivo que se habían propuesto: estar en lo alto de la categoría reina unos años después. Alguien que conoce bien el proyecto desde dentro es Romano Albesiano, director técnico de los de Noale a quien ya le costó sudor y lágrimas convencer a Aprilia para competir en MotoGP.
En todos estos años hasta que han logrado su primera victoria no ha hecho más que plantearse si el camino era el correcto, y han sido unos cuantos desde que llegaron en 2015.
Albesiano tenía las ilusiones de compartir los éxitos conseguidos en Superbikes, pero en la categoría reina. El italiano narra a Speedweek que, en 2015, “esperábamos al comienzo de nuestra aventura en MotoGP que estaríamos en pie de igualdad con el resto de fábricas”.
El hachazo de realidad fue bastante distinto, y se dieron cuenta de ello: “Rápidamente, nos dimos cuenta de que no era así. Fue realmente malo”. Rememora Albesiano que recuerda “la primera carrera en Doha con el pobre Álvaro Bautista”, algo que considera “dramático” porque “el nivel me sorprendió, pero la tecnología estaba a otro nivel”.
Detalla algunos problemas tan simples como un problema en el cálculo de combustible: “Tuvimos problemas muy grandes con el consumo de combustible, y ahora solo puedo reírme cuando pienso en los márgenes que calculamos. Simplemente nos faltaba conocimiento básico, pero lo construimos”, realza.
Dos años después, en 2017, “empezaron a llegar las primeras señales de que habíamos alcanzado un nivel razonable de competitividad”, señala el técnico italiano, aunque admite que “hubo algunas fases malas porque no éramos lo suficientemente fuertes como para estar a ese nivel regularmente”.
Con Aleix Espargaró consiguieron abrir una nueva y desafiante etapa que dejaba atrás esos problemas. Para muestra de ello, la sensación de “alivio” que tuvo el hombre cuando el español ganó la primera carrera para Aprilia en el Gran Premio de Argentina en 2022: “No lloré, pero fui a la piscina del hotel y me recosté en el agua, miré hacia el cielo y dije: ‘¡Qué alivio!’”.
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Un sincero Albesiano confiesa que “siente la responsabilidad porque presioné mucho para entrar en MotoGP y durante mucho tiempo me pregunté si me había equivocado y me dije: ‘No fue bueno para la empresa’”. El tiempo y los resultados le han demostrado que no, por eso ahora se siente “aliviado y menos emocionado cuando finalmente alcanzamos nuestra meta”.