 Por John Fernández | Foto: MotoGP.com@johnnyfumi |
No está muy bien definido el camino de Yamaha para 2023 en el mundial de MotoGP: ¿deriva o éxito? Los números parecen reflejar la debacle de las fábricas japonesas, y si no hubiese sido por Fabio Quartararo, quién sabe cuán mal habrían acabado malparados los de Iwata si tenemos en cuenta los números al otro lado del box de Franco Morbidelli.
El francés ya ha probado la especificación de la moto de 2023, y al menos se puede hacer la idea del camino que lleva. Quien sí ha estado inmerso de lleno en ese trabajo ha sido el probador oficial para la casa de Iwata, Cal Crutchlow, que hace tan solo unas semanas daba un aviso a Yamaha: “Deberían volver atrás y hacer que no necesites ser un piloto agresivo. Es la realidad”, explicó.
Quartararo tiene por delante un año incierto, en donde ya ha dado demasiados avisos a Yamaha. Y ahí va otro que ha soltado en Speedweek: “Son tres años con la misma potencia, tres años... Es triste, pero al final, la M1 de 2019 fue la mejor moto que hemos tenido en todos esos años. No creo que Ducati o Aprilia piensen que su moto 2019 fue la mejor que han tenido desde entonces”.
Ya reclamó a los japoneses “dar ese paso y hacer que nuestro motor vuelva a ser competitivo”, incitándoles a buscar el equilibrio, “volviendo a la moto que funcionó tan bien hace tres años, con eso estaremos en posición de pelear por el mundial nuevamente. Si ese no es el caso, no hay posibilidad”, dice con resignación Quartararo.
Según dice, “Yamaha hizo el motor aún más rápido” de cara a 2023, pero lo que probaron en Cheste no pareció gustar tanto como en los test anteriores en Barcelona y Misano. “Crutchlow lo probó en tres pistas diferentes y quedó claro que este segundo paso del nuevo motor era aún mejor”.
Precisamente sobre lo que probaron en Cheste comenta que “estuvimos al mismo nivel que dos días antes en la carrera con el motor viejo”. Lejos de rendirse, “lo que puedo decir es que apuesto por Yamaha”, y está seguro de que “han hecho cambios muy importantes para mejorar la competitividad de la moto: han traído nuevos ingenieros y están tratando de que la mentalidad sea más, digamos, italiana”.
Fuerzas renovadas y plena confianza en los de Iwata: “Si algo funciona, lo queremos de inmediato y no en un mes. Esa es la mentalidad, estoy seguro, que quieren seguir. Por eso amplié mi contrato con Yamaha. En los dos años me tienen que demostrar que esos cambios van a pasar”.
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Se le preguntó a Quartararo si en alguna ocasión Yamaha le invitó a probar un túnel de viento, tal y como hizo Aprilia. “Nunca en Japón. Al final, sin embargo, son estos detalles los que marcan la diferencia. Tenemos que hacer muchas pruebas con la aerodinámica, sí, pero si no tenemos un motor fuerte, ni siquiera tenemos que pensar en usar carga aerodinámica como Ducati, por ejemplo. Si no tenemos suficiente potencia, solo empeoraríamos las cosas poniendo estas alas en nuestra moto”
