 Por John Fernández @johnnyfumi |
Desde que Álvaro Bautista dejó el Mundial de MotoGP allá por 2018, la cosa ha cambiado mucho. Tanto que ahora el piloto español es campeón del mundo de Superbikes, hazaña que ya estuvo a punto de acometer en 2019, solo un año después de haber terminado 12ª en la general del Mundial de MotoGP.
Eso deja más que evidente una cosa: la diferencia entre una moto de MotoGP y una de Superbikes. En infinidad de ocasiones se han mencionado las similitudes entre unas y otras, pero lo cierto es que las diferencias son más de las que pensamos, especialmente en términos de pilotaje.
Quien lo explica detalladamente es Álvaro Bautista en declaraciones a Speedweek, donde dice que “estaba menos cansado en MotoGP que en Superbikes”, siendo estás, dice, unas motos mucho menos “indulgentes, que se mueven y se tambalean más” en comparación a una MotoGP.
Aunque la razón podría llevar a pensar, al contrario, dice que “tiene mucho trabajo para controlarla” más que una MotoGP, y que “una superbike es una moto de producción que debe funcionar bien para los pilotos lentos y rápidos, para carreras rápidas y lentas, o para ir al trabajo”, mientras que “una MotoGP se construyó para pista, solo para ir rápido”.
No solo cambia la moto, sino también el formato. Con el objetivo de potenciar las escasas audiencias de las que goza el Mundial de MotoGP en la actualidad, Dorna quiere darle una vuelta de tuerca al espectáculo, y este año introducía, para tal fin, las carreras al sprint. Quién mejor que Bautista para hablar sobre ellas, habiendo vivido las dos caras de la moneda.
Para él, “la nueva carrera al sprint de MotoGP es una buena manera de impulsar el campeonato un poco” y que, como piloto, le gusta “mucho, mucho el formato de Superbikes porque tienes tres oportunidades de hacerlo bien”, y augura que “las dos carreras serán muy buenas” y que “atraerá a más espectadores al circuito porque es un espectáculo añadido”.
También ha sido ampliamente comentado el hecho del cansancio que podría suponer eso para los pilotos. Sin embargo, mientras en el WSBK se corren 12 rondas al año -un total de 36 carreras-, en MotoGP el número llegará en 2023 hasta los 21 Grandes Premios, casi el doble, con 42 carreras en total si añadimos el nuevo formato al sprint.
A pesar de ello, a su juicio, “no creo que signifique mucho esfuerzo extra para los pilotos”, argumentando que “es algo mental porque tienes que saber cómo resetearte. Independiente de lo bien o mal que lo haya hecho el sábado, necesitas saber cómo restablecer el contador”.
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Además, sentencia que “en el Mundial de Superbikes el domingo es más difícil porque tienes una carrera corta por la mañana y otra, dos horas después. Para mí es más un estrés mental que físico. Y se puede suponer que los pilotos de MotoGP están físicamente en su mejor momento”. Algo que no todos los pilotos de MotoGP parecen compartir, advirtiendo incluso de que consideran excesivo la carga que padecerán la próxima temporada.
