 Redacción @todocircuitoweb |
En algunos países de América del Sur, el simple hecho de llevar una moto de gran cilindrada supone jugársela a diario en ciertas carreteras dominadas por bandas de ladrones. Quizás recuerdes un vídeo que ya publicamos hace un par de años, grabado por un motorista brasileño a los mandos de una Triumph Tiger 800 que fue atracado en plena autopista por una pareja de bandidos motorizada que le amenazó a punta de pistola para que se detuviera y pudieran robarle la moto.
Lejos de entregarle su preciada montura a los malhechores, este motorista decidió darse la vuelta en plena autopista de tres carriles y escapar en dirección contraria a más de 150 km/h, una táctica arriesgada que dio sus frutos y le permitió salvar la vida... y su querida moto.
Hoy nos vamos a otro país sudamericano, concretamente a Argentina, donde otro motorista ha grabado un asalto similar que, de nuevo, acabó bien para su protagonista. La grabación se realizó hace unos días en la autopista Ezeiza-Cañuelas, una vía que une las localidades bonaerenses de Ezeiza y Cañuelas, por parte de un motorista que rodaba a los mandos de una Kawasaki H2 sobrealimentada, una deportiva de 230 cv de potencia.
En los primeros segundos del vídeo, se puede ver que el motorista rueda a una velocidad más o menos normal, entre 130 y 150 km/h, hasta que, en un momento dado, una pareja que circula sobre una Ducati Multistrada le adelanta y le encañona con un arma. Otra Multistrada de color blanco se sitúa justo detrás de él, y es cuando se da cuenta de que algo no va bien y que está siendo víctima de un atraco en plena marcha.
El motorista sólo tiene dos opciones: o bien pararse y quedar a merced de los ladrones, o jugársela y exprimir los más de 200 cv de su Ninja H2 para poner pies en polvorosa. La opción elegida es la segunda, y es ahí, cuando baja una marcha para acelerar a fondo, cuando se oye un disparo efectuado por el pasajero que circula en la Multistrada roja.
Por fortuna, el ladrón falla el tiro, y el motorista rápidamente les deja atrás entre el tráfico, poniéndose a casi 280 km/h para escapar de los asaltantes hasta que logra encontrar cobijo en una comisaría de policía, donde se detiene para buscar ayuda y comprobar si el disparo alcanzó alguna parte de la moto.
Desde luego, una maniobra valiente la de este motorista, que a buen seguro evitará en el futuro pasar de nuevo por esta ruta que, según cuentan otros pilotos de la zona, está dominada por bandas criminales que se dedican a asaltar a motos y coches de alta gama con frecuencia.
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Así fue el tenso momento que vivió este motorista argentino:
