 Por John Fernández @johnnyfumi |
La figura de Alberto Puig es una leyenda viva del motociclismo español y mundial. Su carrera se vio truncada aquel 9 de julio de 1995 en el circuito de Le Mans, durante la celebración de los entrenamientos del Gran Premio de Francia. Por aquel entonces, Puig militaba en las filas del equipo satélite de Honda de Sito Pons con una NSR500.
Aquel día perseguía la pole en el sábado clasificatorio, intentando luchar contra los mejores de aquellos tiempos, como Mick Doohan. Quería ser el primer campeón español de 500cc. Sin embargo, aquella recta seguida de una gran curva abierta fue la culpable de truncar los sueños de Puig. El accidente de Alberto Puig es uno de esos que encogen el corazón. La curva le escupió temerosamente a más de 260 kilómetros por hora contra, golpeándole violentamente contra el muro, aunque protegido.
Más de 20 operaciones para volver a recuperar la movilidad y sensibilidad en esa pierna, que, a día de hoy, le sigue haciendo mella con una identificable cojera. "Para ser sincero, realmente no sé cómo caí. Sabía que iba demasiado rápido en esa curva, y lo que recuerdo es terrible. Me dolía mucho, tuve que pasar por muchas cirugías durante muchos años", explica el actual team manager del Repsol Honda Team en un breve documental publicado por HRC.
"Me duele mucho Claudio, no aguanto, no aguanto Claudio (Costa)", se llega a escuchar gemir de dolor a Alberto en las imágenes captadas por las cámaras del Mundial en aquel verano del 95. "La pierna está aquí, pero perdí la sensibilidad, el movimiento, tengo un injerto de hueso en la pierna, y no me ha dado tiempos fáciles, incluso todavía a día de hoy", dice Puig, que ha tenido que someterse a más de 20 operaciones para poder recuperarse.
Su actitud, reconocidamente huraña, siempre le ha caracterizado como una persona singular en el paddock de MotoGP. Antes y después del accidente, que no fue óbice para que Puig se desligase de la competición. Al contrario, buscó otro camino, aunque dolido física y emocionalmente. "Nunca tuve el sentimiento de odiar a este mundo", expresa al respecto.
Su sueño de ser campeón del mundo se había esfumado, pero no le detuvo para buscar otro: "Mi sueño está roto, no quiero saber nada sobre él. Esto no puede ser el fin para mí, porque todavía no me sentía realizado dentro de mí en el mundo de la competición. Así que empecé el segundo capítulo de mi vida. 'Ok, no puedes correr, intenta ayudar a los jóvenes a llegar a esto'".
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Su historia se empezó a escribir no solo bajo su nombre, sino también bajo el de otros pilotos; sus pupilos. Uno de los más florecientes de aquellas hornadas que salían de las escuelas era Dani Pedrosa, a quien Puig catapultó hasta lo más alto de la competición. Y así, llegó su renacer: "De repente, ese fue mi objetivo. Por una parte, tenía sentimientos encontrados por lo que me pasó, pero, por otra parte, los cubrí con el nuevo objetivo, que era crear, hacer algo".
Puedes ver el documental completo 'Behind the Dream: Alberto' a continuación:
