 Redacción @todocircuitoweb |
La temporada de Ramón Forcada ha acabado antes de lo esperado. La sorprendente decisión tomada por Andrea Dovizioso de retirarse durante la pasada cita del Gran Premio de San Marino ha obligado al técnico catalán a abandonar de forma prematura el box del WithU RNF Yamaha Team para que Silvano Galbusera se encargue de liderar el área técnica de Cal Crutchlow, sustituto de Dovizioso en las filas del equipo de Razlan Razali hasta la ronda final de Valencia.
El de Moià se ha quedado sin trabajo para lo que resta de temporada, y aunque muchos ya le veían retirado y fuera del paddock, Forcada ha asegurado durante el programa MotoGP 360 emitido en DAZN la posibilidad de seguir en el campeonato el próximo año siempre y cuando reciba una oferta "interesante", algo que de momento no se ha producido.
"¿Mi última carrera? No lo sé", admite Ramón. "De este año, sí. El año que viene veremos qué pasa. Lo que es seguro es que yo el año que viene no seguiré en este equipo. Es normal que si van a probar algo nuevo no tengan a gente externa. Para el año que viene no busco nada, y si llega algo interesante, bienvenido, y si no, pues la jubilación, que ya toca".
Ramón Forcada lleva más de media vida ligado al Mundial de Motociclismo, trabajando siempre al lado de fábrica japonesas. Fue jefe de mecánicos de Álex Barros en el equipo Repsol, acompañó a Tohru Ukawa en el Camel Honda Pons y después pasó al box del LCR Team en la época de Casey Stoner y Carlos Checa. En 2008 cambió a Yamaha coincidiendo con la llegada de Jorge Lorenzo, y desde entonces Forcada no ha dejado de trabajar con pilotos y equipos de Iwata, primero en el box oficial, después en el Petronas SRT y por último en el WithU junto a Andrea Dovizioso.
El ingeniero catalán es una de las personas que mejor saben lo que está ocurriendo en Yamaha, una fábrica en la que, desde hace dos años, sólo hay un piloto competitivo: Fabio Quartararo. En su opinión, el talento del francés le está valiendo para forzar su adaptación a un prototipo que, si bien no está lejos del resto de motos, "le falta un poco" para igualar el rendimiento de las demás fábricas, y está convencido de que Yamaha podría reducir esa brecha mucho más rápido adoptando lo que él denomina una mentalidad más latina.
"Para mí el problema es cuando paras de evolucionar, falta un poco de mentalidad latina", afirma Ramón en su análisis en DAZN sobre qué está pasando en Yamaha. "He trabajado mucho con japoneses y siempre buscan la perfección. Tú estás en una marca japonesa y te traen un tornillo del 6, y es perfecto, no se romperá nunca. Pero si te lo traen de Ducati, lo hacen de la ferretería, y si se rompe te dicen 'voy a por otro, no te preocupes', y lo tendrás en un día, pero los japoneses tardarán tres meses. Y eso aquí es media vida".
En opinión de Ramón, la perfección japonesa ha dejado de ser efectiva en un campeonato en el que las soluciones e innovaciones técnicas llegan cada vez más rápido, especialmente del lado europeo. Y a esto hay que añadir otro problema típico de los equipos nipones: su recelo a ir más allá del reglamento, algo que no sucede en otras fábricas, especialmente en Ducati.
Para ello, pone de ejemplo la última polémica surgida hace meses a raíz de la presión utilizada por varios pilotos Ducati en sus neumáticos delanteros, sensiblemente inferior a la que recomienda Michelin por cuestiones de seguridad: "Las fábricas japonesas pretenden estar siempre dentro de la legalidad y un poco más. Pero a veces la legalidad sólo es una recomendación, es lo que pasó con las presiones. Ahora la presión delantera es un festival, porque el límite que pone Michelin es demasiado alto, y con los neumáticos y tanta aerodinámica, cuando vas detrás de otra moto la presión sube, la moto no la paras. A partir de 2.1 o 2.2, la moto no la paras", insiste Forcada.
El técnico español asegura que "la diferencia entre ir sólo e ir con otro piloto llega a ser de 0,35 (bares de presión)", de ahí que los equipos europeos estén omitiendo el límite de 1.9 bares que impone Michelin: "Si lo óptimo es 2.0, y lo mínimo aconsejado es 1.9, pero me sube 0.35... las matemáticas fallan. Hay dos soluciones, la japonesa que es ir de 1.9 hacia arriba, y cuando paso de 2.2 el piloto que apechugue. Y está la solución europea, que si el máximo es 2.0, pues voy hacia abajo, y si paso de 1.9, mala suerte, lo siento y ya le pediré perdón al señor de Michelin, pero me voy a 1.7".
Según Forcada, no es cierto que los Michelin tengan problemas de seguridad cuando ruedas con ellos por debajo de esos 1.9 bares de límite: "El problema de la presión de los neumáticos es muy complicado, porque tienes que creerte lo que te dice Michelin, que es un problema de seguridad. Pero nosotros nunca hemos llegado a una presión tan baja que digas 'ya no va'. Hemos ido a 1.6, incluso menos, y sigue funcionando. Entonces si a 1.6 funciona mejor y tienes que ir a 1.9..., pues hay el que dice 'sí señor', y el que pone 1.6, que es lo que va bien (...). Es imposible salir a una carrera a 2.2 de presión y ganarle a alguien con 1.8, es imposible seas quien seas".
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Por último, después de llevar 14 años trabajando para Yamaha, Ramón Forcada anima a la fábrica de Iwata a equivocarse más a menudo y a seguir una filosofía de trabajo más cercana a la de Ducati, donde sus ingenieros desarrollan soluciones que no siempre resultan ser efectivas: "Yo tomaría una decisión, y es una guerra en la que llevo años, y es la de ser menos inmovilista. Que no tengan tanto miedo a equivocarse, que no pasa nada. En Ducati llegan cosas que no funcionan, aquí no, aquí lo que llega funciona porque llevan tres meses probándola y tal y cual, y cuando lo sacan, el otro ha sacado ya tres versiones más. Yo se lo he dicho, que si traen una pieza y no funciona, nadie del equipo se va a cabrear", concluye el hasta ahora jefe técnico de Andrea Dovizioso.
