 Por John Fernández @johnnyfumi |
Si algo diferencia a las carreras de coches de las de motos en lo que a la competición se refiere, bien podría ser la estrategia, entre otras muchas cuestiones, como es natural. Mientras en las principales competiciones de cuatro ruedas como puede ser la Fórmula 1 se medita cada movimiento, entrada a boxes y adelantamiento dependiendo qué vuelta (a rasgos muy generales), en el motociclismo nada de eso cobra sentido; cada piloto sale a pista con la intención de darlo todo, adelantar a quien sea, como sea y cuando sea. La única estrategia: dar gas. Quizá ese sea uno de los grandes atractivos.
Sin embargo, la estrategia ha formado parte del Mundial de MotoGP ocasionalmente. Las famosas órdenes de equipo que aparecen esporádicamente, y que nunca quedan claras ya que ni pilotos ni equipos suelen ser transparentes ni hacen trascender esa información a la opinión pública. Y todo apunta que en Ducati van a empezar a caer órdenes de equipo, si es que los mandamases italianos no lo han hecho ya.
Recapitulemos: en este 2022 la lucha por el titulo se batía, hasta el TT de Assen, entre Quartararo y Espargaró. Desde entonces, Pecco Bagnaia apareció en escena, sin llegar a entrar en el juego del título; venía de algunas caídas y errores difícilmente achacables, no se sabe si a él o a la moto. Sea como fuere, hasta el pasado Gran Premio de Austria no entró en juego la posibilidad de empezar a luchar realmente por el título contra Quartararo y Espargaró.
Su hat-trick le ha devuelto una sonrisa a Gigi Dall'Igna; en Aprilia son conscientes de la pérdida de rendimiento de Espargaró, segundo a 168 puntos. Quartararo sigue ganando enteros, primero con una leve ventaja: tiene 200 puntos... Sin embargo, el que acecha muy de cerca es ya Pecco Bagnaia, y en Ducati empiezan a ver posibilidades reales de plantar cara al título. Después del GP de Austria escuchábamos a su jefe de mecánicos, Gabarrini, comentar que "la aritmética no nos excluye, debemos intentarlo".
Y ante ello, el plan de Dall'Igna, que quiere recuperar la gloria perdida de los de Borgo Panigale. El abanderado de las innovaciones de MotoGP quiere dar todo para alcanzar el sueño que se le lleva escapando sucesivos años. Ante ello, entra en juego ya no solo órdenes de equipo, sino una estrategia de los italianos con todas sus motos en parrilla, que no son pocas.
¿Tiene sentido? Solo hay que echar la vista atrás unos días: en Austria Miller y Zarco hicieron una labor de tapón para contener a Quartararo. Sin embargo, en Ducati parece que la actuación de Jorge Martín y Enea Bastianini ha levantado ampollas. Tanto el español como el italiano no favorecieron esa contingencia necesaria. No corrieron demasiado por la marca: mientras Martín arriesgó más de lo necesario, un error de Bastianini le dilapidó, y desllantó su neumático delantero.
Siete carreras por delante, Misano la siguiente. Y la guerra interna entre Bastianini y Martín no puede perjudicar el objetivo principal de los italianos: un título mundial. Así que Gigi ya ha mandado las primeras indirectas públicamente, tal y como espetó en el diario La Gazzetta: "Sigo viendo la posibilidad de arrebatarle el título a Quartararo, pero no podemos confiar únicamente en nuestra fuerza. Necesitaremos crear alguna situación particular, pero mirando a nuestra casa, tendremos que hacer las cosas de la mejor manera posible".
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Alto y claro: "Ya podemos decir que a Pecco no hay que molestarlo: sería una estupidez que un piloto de Ducati lo molestara sin razón", sentencia un breve pero directo Dall'Igna, que no quiere ver comprometido su lucha matemática por el Mundial. Ya no solo las órdenes de equipo, sino la estrategia, empezarán a entrar en juego para todos los pilotos de Borgo Panigale a partir de ahora.
